miércoles, mayo 17, 2006

EVITE SER VICTIMA DEL DELITO EN LOS CAJEROS AUTOMÁTICOS Romper con la Cadena del Delito es la mejor alternativa de defensa. Autor: Enrique Hugo Müller Solòn. Nos encontramos en una era de "banca sin fronteras", en que al parecer los servicios financieros se encuentran disponibles para todos, en todas partes y en cualquier momento. Desafortunadamente, esta situación también ha sido adoptada por la fraternidad criminal. En muchas partes del mundo, los delincuentes tienen como meta los cajeros automáticos para perpetuar delitos contra el patrimonio, y se encuentran siempre en búsqueda del eslabón más débil: Un usuario desprevenido, distraído, o confiado. Estos delincuentes se están tornando cada vez más sofisticados en todas las modalidades que su trastornada imaginación les permite desarrollar para encontrar cada vez con mas facilidad nuevos incautos que les permita hacer cada vez más atractivo su “trabajo”. En una transacción típica de cajero automático el usuario ingresa su tarjeta y su número de identificación personal, ésta información y la transacción solicitada es transmitida al banco del cliente para que autorice la operación. Por lo tanto se envía un mensaje del cajero automático al sistema anfitrión del banco y el mensaje es contestado. En caso que se dé aprobación para proceder, la transacción se lleva a cabo. Si no es así, se transmite el mensaje adecuado. Es absolutamente esencial que el proceso de autenticación de extremo a extremo no pueda ponerse en riesgo o "manipularse". Es por esta razón que los bancos protegen estos datos a un nivel tan alto, que incluso las computadoras más potentes del mundo no son capaces de descifrar. Es decir, por parte del Banco, el dinero de los usuarios o clientes está totalmente asegurado. Sin embargo, existen varias formas que los delincuentes han descubierto para apropiarse de nuestro dinero cuando nos acercamos a la ventanilla de un cajero automático, si es que no estamos prevenidos de ello. En la generalidad de los casos, el delincuente que siempre será más de uno (usualmente dos o tres) estará observando cuidadosamente a las personas que se acercan a la ventanilla, y escogerá a su víctima entre aquellas personas que demuestren falta de control o descuido; por ejemplo aquellas que manifiesten abiertamente tener mucho apuro o prisa para retirar su dinero; estar demasiado distraídos mirando a las personas, conversando o leyendo un diario; demostrar ante todos desconocimiento sobre el uso de la Tarjeta o del teclado de la máquina; facilidad para entablar conversación con desconocidos que se encuentran en la cola (que puede ser uno de los delincuentes); o, simplemente su negligencia al esperar su turno en la ventanilla manteniendo en la mano a la vista de todos la Tarjeta que en unos momentos introducirá en la ranura del cajero automático, con lo cual demuestra al delincuente que es una persona totalmente confiada, pues no tiene temor a que alguien pase y le arrebate su Tarjeta. El 'cambiazo' es una de estas modalidades y la más común; se realiza entre varias personas (generalmente tres) y tiene una infinidad de modalidades; relataremos algunas de ellas: Uno de los delincuentes se acerca a la victima a la cual ha observado que tiene la tarjeta en sus manos, haciéndole conocer que debe tener cuidado al ingresar su tarjeta porque el cajero esta reteniendo las tarjetas cuando son mal ingresadas, inmediatamente se ofrece a enseñarle como hacerlo intentando hacerlo con su propia tarjeta la cual intenta tomar casi arranchándosela, en ese momento se produce el “cambiazo”. Otra modalidad de “cambiazo” es hacerle conocer a la víctima elegida, que la cinta magnética de la tarjeta que va a ingresar al cajero probablemente este sucia invitándola a limpiarla para que no quede retenida, si la víctima es convencida y saca un pañuelo o papel higiénico para limpiar su tarjeta o intenta limpiarlo con sus mismas prendas de vestir, el delincuente se muestra sorprendido, diciéndole “no por favor así va a malograr la Tarjeta, esa no es la forma yo le voy a enseñar” y prácticamente le arrancha su tarjeta, en este momento se producirá el “cambiazo”, el delincuente solamente necesitará contados segundo para ello; si la víctima se niega, el delincuente ya no insistirá porque el “cambiazo” ya se ha producido. Cuando la victima ingresa la tarjeta cambiada al cajero, será observada cuidadosamente por otro de los cómplices quien tomará nota del número de clave, inclusive expresará su deseo de ayudarla lo cual le permitirá asegurarse del número de clave; finalmente la Tarjeta quedará retenida después de varios intentos por no corresponder la clave ingresada a la tarjeta cambiada, momento en que un tercer cómplice orientará a la víctima a dirigirse al Banco a denunciar el hecho. Finalmente, los delincuentes ingresan la Tarjeta cambiada al mismo cajero según las condiciones que se presenten o se dirigen a otro cercano en donde completan la operación de apropiarse del dinero de su víctima. Una tercera forma de “cambiazo” se produce en los cajeros automáticos que tienen puerta de ingreso y donde se tiene que hacer uso de la Tarjeta para abrir la puerta de acceso. El delincuente que está observando a sus víctimas potenciales, se dará cuenta rápidamente que Ud. tiene problemas para colocar adecuadamente la Tarjeta en la ranura de la puerta al tratar de abrirla y se acercará solícito para ayudarle a introducir la Tarjeta correctamente y como en los demás casos prácticamente le arrebatará de las manos el plástico con el fin de “enseñarle”; en este momento de duda de su parte o de reacción contra el ocasional interesado en brindarle ayuda, se produce el “cambiazo” de la tarjeta. Otra modalidad de “cambiazo”; un delincuente se aprovecha que la víctima elegida acepta entablar conversación con facilidad y se coloca en la cola detrás de ella dando inicio a una amena conversación; al llegar a la ventanilla uno de sus cómplices aprovecha del descuido de la víctima para mirar su clave secreta cuando la digita, mientras que el primero continúa distrayéndola cuando realiza la operación apelando a cualquier pretexto. En el pequeño lapso que la víctima quita la vista del cajero para responder a su interlocutor, los delincuentes sacan su tarjeta y colocan otra en su lugar. Con la Tarjeta y la clave, quedan expeditos para retirar dinero de la cuenta del usuario. También se han producido sustracciones de tarjetas usando aparatos conocidos como 'cintillos' que se colocan en la ranura de la tarjeta y la atrapan. Ante el desconcierto de la persona que ve que su tarjeta no le es devuelta por la máquina, aparece alguien que ofrece ayuda. Puede pedirle que digite su clave o marcar un número de teléfono en su celular: supuestamente está llamando a la central de servicio al cliente del banco, y el interlocutor (un cómplice) le pide la clave y le dice que la cuenta queda bloqueada. En cualquiera de los dos casos la tarjeta permanecerá retenida, luego de que la víctima se retire, los delincuentes recuperarán la tarjeta y harán retiros con ella. La moraleja de todas estas historias es simple: “Cuando se trata de dinero, no confíe en nadie”. Otras modalidades existentes, son “La Clonación”, es una modalidad que puede ocurrir en los centros comerciales y restaurantes al momento de pagar, mediante la cual pueden duplicarse los códigos ocultos en la banda magnética al reverso de la tarjeta, para usarlos con fines fraudulentos. Para tal efecto, estos maleantes tecnológicos utilizan, por ejemplo, un lector de tarjeta como el de la entrada al cajero automático, con capacidad de hasta 100 códigos. El “skimmer” es el nombre del dispositivo utilizado para esto y es del tamaño de un beeper, y permite obtener información con solo deslizar la tarjeta. El aparato puede ser colocado a la entrada de los cajeros automáticos y desde allí “lee” los datos grabados en la cinta magnética del reverso de la tarjeta. Es importante que la operación de pago con Tarjeta, se haga en presencia del usuario, para evitar que el plástico sea manipulado por delincuentes. “El Bloqueo”, los delincuentes colocan en la ranura donde se debe introducir la tarjeta una nueva abertura con una especie de tope, para que la misma se quede atorada. Aprovechando el hecho, uno de los ladrones se acerca al usuario del cajero automático, le comenta que a él le sucedió lo mismo, le indica que debe marcar una serie de números y luego su clave personal que, por supuesto, está mirando y memorizando. El siguiente paso, una vez que el dueño se ha ido confiado en que su tarjeta quedó bloqueada, consiste en que un segundo delincuente se acerque al telecajero y la retire. Por supuesto, ya se sabe la clave. Algunas recomendaciones que le podemos brindar para proteger su patrimonio en los cajeros automáticos, pueden ayudarlo a romper uno de los eslabones más importantes de la denominada “Cadena del Delito”, con lo cual el delito en su agravio no se producirá; este eslabón es “una persona desprevenida, descuidada o sin control ni vigilancia”; haga todo lo contrario y ningún delincuente podrá considerarla como víctima potencial de sus fechorías: En primer lugar cuando use un cajero automático o haga una compra en una terminal de una tienda, cubra con la mano o el cuerpo el teclado al introducir su clave. Tome su tarjeta y recoja el recibo, ya que este último suele tener información de su cuenta. Escoja cajeros o sitios de compra donde se sienta cómodo(a) y seguro(a). Jamás acepte ayuda o sugerencias de extraños cuando use el cajero automático. Destruya completamente sus estados de cuenta antes de echarlos en la basura. Haga que su banco “bloquee” su cuenta y solicite una tarjeta nueva con otro número si piensa que alguien se ha apoderado de sus números de tarjeta. Evite dar informaciones sobre usted o su tarjeta de crédito a cualquiera que la solicita en nombre del banco o de una encuestadora, etc. Porte su tarjeta únicamente cuando vaya a usarla; es importante recordar que muchas veces, en caso de asalto, los hampones obligan a sus víctimas a realizar retiros en cajeros automáticos. Nunca proporcione su número a nadie, ni siquiera a personas que se identifiquen como funcionarios de su banco. Recuerde: “Cultura de Seguridad Ciudadana” es vivir alejado de la influencia del delito. Sea precavido, practique hábitos de seguridad permanentemente.

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