viernes, julio 07, 2006

VIAJAR POR BUS EN CARRETERAS ES UN PLACER? Por: Hugo MULLER SOLON (*) Conozco de muchas personas amigas, quienes piensan que subirse a un bus de transporte interprovincial de pasajeros en nuestro país, resulta siendo no solamente una tortura sino un verdadero trauma. ¿De verdad, decía una de estas personas, es posible que pueda existir alguien que piense actualmente que el viajar – en un bus interprovincial - es un placer?. Uno de estos amigos me contaba que el día 17 de Junio 2006, tomó un bus en la ciudad de Chiclayo a las seis de la tarde, el cual cubría la ruta CHICLAYO – TRUJILLO y siendo aproximadamente las ocho y cuarto de la noche, al terminar de pasar por el lugar denominado “La Balanza” desde donde empieza un desolado y oscuro tramo de carretera que demora aproximadamente 20 minutos hasta llegar al sector denominado “El Milagro” fue asaltado por cuatro delincuentes que simulaban ser pasajeros en el mismo bus donde viajaba. Posteriormente se enteró que los delincuentes (entre ellos una mujer) habían subido en el Terminal terrestre de Chiclayo con pasaje comprado en la ventanilla de la oficina de la Empresa de Transportes del vehículo asaltado, estos delincuentes con el rostro totalmente descubierto y portando armas de fuego, despojaron violentamente a todos los pasajeros de dinero, relojes, celulares, joyas, pertenencias, maletines etc.; lo curioso me contaba este agraviado, era que uno de los delincuentes, quien parecía ser el jefe de la banda le daba órdenes al chofer del vehículo gritando a voz en cuello como si este fuera uno mas de los delincuentes, por ejemplo le decía: “oe, no vayas a encender la luz solo prende los televisores”, “oe disminuye la marcha, conduce mas despacio”, “oe, cuidado con la tomberìa, sigue despacio nomás”, esta persona me narraba además que el contó que eran cuatro los delincuentes que asaltaban a los pasajeros y cuatro los que descendieron al terminar su fechoría ¿Quién amedrentaba entonces al chofer y a su copiloto que se encontraba a su costado en la cabina del chofer ubicada en el primer nivel del vehículo?, ¿es que estos obedecían las ordenes de los delincuentes solo por temor? O es que realmente existía una complacencia o relación sospechosa entre el conductor del vehículo y su copiloto con los delincuentes?.... La osadía de estos delincuentes llegó a tales límites, que el asalto a los pasajeros continuaba aún cuando el vehículo recorría el amplio sector del Centro Poblado “El Milagro” hasta llegar al sector de “Jerusalén” en donde bajaron en una de sus céntricas esquinas portando las especies robadas ante la vista de todos los transeúntes que en ese momento se encontraban en el lugar, desplazándose a pié por una de sus calles entre risas y comentarios. El resto de lo acontecido, es historia conocida, el conductor lleva el vehículo hasta la dependencia policial mas cercana y se baja para asentar una denuncia, sin importarle la situación de los pasajeros ni el drama que acaban de vivir, demostrando sospechosa complacencia. La Policia por supuesto, se limita a registar la denuncia. Los delincuentes se habian bajado solo cuadra y media antes de llegar a la dependencia policial.
La carretera Panamericana Norte y la carretera Panamericana Sur se han convertido por así decirlo para los miles de usuarios que diariamente hacen uso de estas vías, en una verdadera opresión que hace que el viaje que debiera ser un viaje de placer, relajo y sosiego hasta llegar a su destino, sea realmente una tortura y un verdadero trauma, que solo termina al llegar al paradero final de la ruta. (*) Hugo Muller Solòn. Abogado. Inscrito en el Colegio de Abogados de Lima Registro 19367. DNI. 18070353.

jueves, junio 15, 2006

EL DIA DE LA VIRTUD POLICIAL El 30 de Agosto es el Día de la Virtud Policial y Trujillo se convierte en modelo de trabajo de la PNP Por : Enrique Hugo Muller Solón
(Foto Izq. Sra. Cony Garcìa - Coordinadora General de la Policia Comunitaria de Trujillo) Este 30 de Agosto y como todos los años, la Policía Nacional del Perú, celebra conjuntamente con el pueblo peruano las festividades de Santa Rosa de Lima. Por constituir símbolo permanente de la conducta moral de los efectivos policiales, dada sus esclarecidas virtudes, Santa Rosa de Lima fue designada Patrona de la Policía Nacional del Perú mediante el Decreto Supremo N° 027-89, publicado en el Diario Oficial El Peruano el 18 de septiembre de 1989; convirtiéndose así en fiel defensora y ángel guardián de todos los integrantes de esta importante Institución del Estado. Pero los policías peruanos, además conmemoran el 30 de Agosto el “Día de la Virtud Policial”; por ese motivo la oportunidad es propicia para resaltar en este artículo, el tema de las virtudes policiales. Destacar las virtudes inherentes al ejercicio de la función policial no es fácil. Partamos del intento de identificar cuales serían estas virtudes que debe poseer el Policía para brindar un buen servicio a la sociedad: ¿Serán el Coraje, valentía, abnegación, audacia, perseverancia, serenidad y nobleza en los momentos adversos del ejercicio profesional?; ¿O será el honor, la integridad, corresponsabilidad, carácter y dignidad en sus decisiones; adhesión, apoyo, solidaridad, compromiso y fidelidad basados en los principios que inspiran la lealtad hacia la patria, la institución y la familia?; ¿Será el sentimiento de orgullo por todo lo que representa su Institución: sus símbolos, uniforme, insignias?; O será la nobleza, caballerosidad y entereza para hacer del Perú una sociedad integra y donde reine la paz, la tranquilidad y la convivencia pacífica. ¿Serán acaso estas, todas las virtudes del Policía?. Como ciudadanos, todos tenemos derechos y deberes morales; como profesionales, la exigencia moral es aún mayor; y que decir de los profesionales de la seguridad, de los Policías. El carácter de las profesiones es tal, que exige a quienes la desempeñan algunas peculiaridades desde el punto de vista ético; el concepto de profesión se refiere a una actividad de elevada exigencia técnica y moral. La virtud del profesional de policía, debe consistir principalmente en aspirar a ser líderes, a la excelencia técnica y a la excelencia moral, es decir, estar capacitado para ponerse al frente de otros seres humanos y mostrarles el camino a seguir para lograr su realización como personas y su inserción armónica en un todo comunitario que es la sociedad; excelencia técnica que aumente sus posibilidades vitales y ser a la vez competente en las habilidades propias de la profesión (virtud o excelencia técnica); excelencia moral, es decir estar dispuesto a usar siempre esas habilidades en el sentido que exige la profesión para servir a la sociedad (virtud moral). El objetivo último de la actividad profesional de Policía es, entonces, el ejercicio del liderazgo, la búsqueda de la excelencia, de la perfección, de la obra bien hecha y, mediante ésta, contribuir al desarrollo y al bien común. Pero claro, lograr una Policía con esos niveles de excelencia no es fácil. La Policía es posiblemente la institución que está en un aprendizaje constante derivado de su servicio diario a la comunidad y del contacto con todo aquello que destila la vida ciudadana a través de múltiples formas, la mayoría de ellas antisociales y peligrosas. La vida policial es el proceso formador más dinámico que existe en el mundo; el proceso que hunde sus raíces en la experiencia cruda y ruda del drama social, el proceso que deja enseñanzas y aprendizajes que la conviertan en una escuela activa sin cesar; el proceso en el que se conjugan el conocimiento, la experiencia, la rigidez institucional y la responsabilidad creativa de sus miembros; el proceso en el que los afectados por la labor y acción de la Policía son seres humanos con sus derechos, pasiones, errores, atropellos y crímenes; el proceso a través del cual cada policía y desde él, el conjunto de ellos, visibiliza en su actuación la globalidad de la institución; es el proceso donde el aprendizaje es connatural con la cotidianidad y donde ese aprendizaje se proyecta en la vida de la sociedad, para aprender a vivir juntos y de manera pacífica. Aprender a vivir juntos no es tarea fácil. El mundo y de manera absolutamente diáfana, nuestra sociedad nos demuestra la dificultad de aprender a vivir juntos. Según muchos analistas es el aprendizaje más difícil y el que encuentra rotos los resortes de una relación humana y social sostenida. El vivir juntos se hace difícil desde la familia, el barrio, la comunidad, la región, el país. Envidias, choques de intereses y de culturas, el afán de dominio y de poder, de exclusiones y discriminaciones, penetran sutilmente en las instituciones y socavan a la vez que limitan gran parte de sus capacidades y responsabilidades. Se trata pues de aprender a vivir juntos conociendo mejor a los demás y aceptando su realidad personal con la finalidad de crear un espíritu nuevo que sea capaz de superar la avalancha de rupturas y exclusiones que predominan en la vida ciudadana. Aprender a vivir juntos para los policías, es mostrarse como son, recreando permanentemente la mística, la unión, el compañerismo, la hermandad que constituyó antaño el vivero vivificador de nuestra antigua policía acostumbrada a compartir todo porque a sus miembros les unía un mismo espíritu. De todo este aprendizaje conjunto entre ciudadanos y policías, nacen, crecen y desarrollan las virtudes policiales. Hugo Muller Solòn Abogado (*) Abogado penalista, Profesor de los cursos de Criminología y Derecho Penal Privativo en la Universidad César Vallejo – Trujillo. Ex – Magistrado de la Justicia Militar. Creador y fundador de la primera experiencia en el Perú de Policía Comunitaria. Actualmente ocupa el cargo de Delegado de la Defensoría del Policía en la Oficina Regional Norte – Trujillo.
SOCIEDAD VIOLENCIA Y DELINCUENCIA
HABLAR DE DELINCUENCIA ES HABLAR DE SOCIEDAD. LA FAMILIA NÚCLEO ESENCIAL DE LA SOCIEDAD NO CUMPLE EL ROL QUE LE CORRESPONDE
POR: ENRIQUE HUGO MULLER SOLON (*)
(En la foto el Coronel PNP Enrique Hugo Muller Solòn el dia de la inauguracion del servicio de POLICIA COMUNITARIA en la ciudad de Trujillo 06OCT2003)
El año 2005, el Distrito de la Esperanza y el Centro Poblado Menor El Milagro – Trujillo - PERU, fueron escenario de graves actos de violencia protagonizados por bandas criminales, dejando en evidencia lamentablemente no solamente un triste costo social de diez personas muertas, sino que todavía existen personas que quisieran pensar que lo sucedido es solamente un problema de falta de control policial y quisieran vivir como si delincuencia y violencia no fueran temas que le interesan a la sociedad en su conjunto y a sus autoridades; algunos comentarios consideraron inclusive que estos hechos no solamente le interesan a la Policía, institución que a su criterio tiene la obligación de disminuir los niveles de violencia que existen en nuestra ciudad, sino que además debía comprometer la participación de las Fuerzas Armadas. Hablar de criminalidad es hablar de sociedad. Son dos entes que van de la mano indisolublemente. Son dos figuras estrechamente ligadas que no pueden existir de forma separada, que se necesitan una a otra. Mayor violencia criminal no significa mayor incremento de la delincuencia, mayor violencia criminal significa que nuestra sociedad sufre una grave y mayor derrota moral tanto del lado de las víctimas, como de los victimarios, cuando una parte tan importante de nuestra población se lesiona física, económica y psicológicamente o cuando niños, adolescentes y jóvenes se incorporan a la vida delictiva, unos por problemas de supervivencia económica y social, y otros, sin más criterios que no sean los de obtener bienes y dinero de forma rápida y fácil. El delincuente no nace delincuente. El delincuente no se hace en un día. En su formación existe una situación familiar conflictiva, la inadaptación escolar, mentiras, falsificaciones de notas, pequeños hurtos domésticos o en comercios, fugas de casa, vagabundeo, pandillas... y así se empieza a vivir al margen de las normas sociales. Cuando este joven procedente de este sistema carente de valores y carente de orientación, decide incorporarse a una “pandilla”, lo hace de manera espontánea y al igual que los integrantes del grupo que la conforman, tienen en común el compartir una gran insatisfacción por el mundo en que viven y por el futuro que la sociedad pretende imponerles. La “pandilla” se convierte en una segunda familia. La falta de miedo y de escrúpulos, la crueldad, la grosería, la brutalidad, la dureza, se consideran hazañas y quien más destreza muestra en este sentido, sin duda se convierte en el jefe de la pandilla. Todos los miembros, procuran infundir miedo, la gente atemorizada les respeta, se hacen los dueños de las calles viven al límite. El vandalismo de estos jóvenes esta marcado por la crueldad. Luego viene el segundo paso, salir de la pandilla para incorporarse al mundo del delito, generalmente integrando una “banda de delincuentes”. Esta disminuyendo el promedio de edad de los delincuentes (promedio 25 años), aumentando la violencia de los delitos y la presencia femenina en los actos violentos. La personalidad del delincuente es emocionalmente inmadura. Esta estructurada en una base de satisfacción rápida de los deseos y con muy baja tolerancia a las frustraciones (reacciona violentamente cuando hay resistencia de la víctima). Hay una gran carga narcisista en el acto delictivo. El culto a la fuerza o a la hombría se pone en evidencia en la agresión física de las víctimas. La gran mayoría de los padres ignoran las acciones que deben tomar para "formar bien a sus hijos". Ya no sé que hacer con ese muchacho" es la “oveja negra de la familia”. Los niños, niñas y adolescentes necesitan el afecto de amor para desarrollarse con sanidad. Un abrazo, un beso, una caricia por parte de los padres y madres de los niños tienen un valor incalculable en la sana formación de sus hijos. El amor es el gran secreto para educar correctamente. El amor es uno de los elementos fundamentales del sistema afectivo. El ser humano no nace amando. El amor es producto de la formación que insertan, en lo más profundo del ser, las agencias que intervienen en el proceso de socialización del niño y del adolescente: el hogar, la escuela y los amigos (el entorno). El que ama comprende al ser amado, le enseña, se sacrifica. Escudriña hasta las últimas consecuencias, sin reparar en el tiempo que gasta, ni en riquezas, ni esfuerzos para resolver un problema, un conflicto o servir y dar satisfacciones al ser que ama. El amor es un sentimiento que supone eternidad. Se pierde la noción de tiempo y espacio. Es poner atención a los pequeños detalles, tan importantes para elevar la autoestima de los demás, y lograr alegría duradera. Es introducirse en su "mundo" sin importar mucho el nuestro. Es entrega. Es sufrir y gozar juntos, el dolor y la alegría. Es darnos, por completo, con sinceridad. El que ama no es capaz de descargar sus frustraciones en el ser amado. El adolescente tiene la desventaja de que ya no es un niño, tiene más criterios y valores desarrollados; pero no ha terminado de "formarse" de lograr lo que necesita para asumir la responsabilidad plena de sus actos. Los propios padres de los adolescentes en conflicto expresan "El ya no es un niño. Es un hombre hecho y derecho". Nosotros afirmamos que no es un niño; pero no es un hombre. Es un adolescente. Es la edad en la que más fácilmente pueden ser convencidos a modificar sus conductas para bien o para mal. Generalmente, sienten su estima baja y quieren sobresalir de los demás a como dé lugar. Por eso se tatúan, se colocan aretes y crean modas diferentes a las de sus padres y mayores. Se rebelan; pero en el fondo quieren ser sometidos a la voluntad de alguien en quien ellos puedan creer para lograr "seguridad". Quien le dé seguridad puede manipularlos. El adulto no es manipulable. Es racional. La familia es, a nuestro juicio, la agencia formativa responsable de asumir el papel que le corresponde en la formación de nuestros niños, niñas y adolescentes. Si queremos una sociedad diferente para el futuro mediato y sin violencia debemos planificar al corto, mediano y largo plazo para que cada uno de nuestros niños, niñas y adolescentes, tengan un mejor desarrollo orgánico – psico - social, alejado totalmente de los vicios e influencias contaminantes de la drogadicción, el alcoholismo y la delincuencia. Bienvenida la paz, pero trabajemos unidos para que esa paz se haga una concreta realidad. (*) Coronel de la Policía Nacional del Perú (R). Abogado. Creador y fundador de la Primera Unidad de Policía Comunitaria en el Perú. Ex Defensor del Policía. Experto en temas de Seguridad Ciudadana.

Y QUIEN DEFIENDE AL POLICIA?

NADIE TIENE DERECHO DE AGREDIR A LA AUTORIDAD ¿Y QUIEN DEFIENDE AL POLICIA? AUTOR: HUGO MÜLLER SOLON (*) De diversas formas el pueblo peruano, expresa su respaldo total a las acciones policiales que se llevan a cabo de manera permanente contra el flagelo de las drogas, la delincuencia, la corrupción y demás ilegalidades, y se escucha por doquier la voz del gran juez popular que exige sanciones lo más severas posibles contra los enemigos del futuro de nuestros hijos, de la seguridad del país, la seguridad ciudadana y el orden interno.
En ese ambiente combativo y de confianza en el triunfo final en esta batalla, emerge más fortalecido el prestigio, la autoridad y profesionalidad de los miembros de nuestra Policía Nacional del Perú. Sin embargo, contra el sentir mayoritario del pueblo que defiende sus conquistas más sagradas y un mañana sin violencia, con orden y seguridad, y desafiando las facultades y confianza depositadas por nuestros compatriotas en los agentes del orden público, subsisten actitudes agresivas e irrespetuosas por parte de delincuentes y cómplices que se resisten a la acción de la autoridad y atentan contra sus representantes, agrediéndolos verbalmente, ofendiéndolos en su prestigio y reputación infundadamente, intentando lesionarlos y hasta quitándoles la vida, tal y conforme viene sucediendo reiterativamente en todo el país.
Por lo general, se trata de autores de delitos o encubridores, prófugos de la justicia, reincidentes, reiterantes o elementos antisociales que, con su actitud transgresora, obstruyen el cumplimiento de la ley. Nuestro ordenamiento Penal vigente en su reforma de 1993, decidió proscribir los institutos penales de la reincidencia y la habitualidad que constituían agravantes para aplicar una mayor pena contra el trasgresor de la Ley. Se dijo entonces que la experiencia había demostrado que la drasticidad de las penas impuestas en nombre de la reincidencia y habitualidad, no habían servido para atemorizar, de conformidad con criterios de prevención general. Comprobado el error de esta concepción doctrinaria, mediante Ley Nº 28726 publicada en el Diario Oficial El Peruano el 09 de Mayo del 2006, se vuelve a considerar como agravante de la responsabilidad penal, a la reincidencia y la habitualidad respectivamente.
Respecto al Policía en tanto, se estableció una mayor severidad cuando trasgrede la ley. La nueva legislación, estableció en el Código Penal (Artículo 46º-A, incorporado según el artículo 2º de la Ley Nº 26758 del 13/03/97), que constituye agravante de la responsabilidad penal, si el sujeto activo de la comisión del delito se aprovecha de su condición de miembro de la Policía Nacional, para cometer un hecho punible, otorgándose potestad al Juez para aumentar la pena hasta en un tercio por encima del máximo legal fijado para el delito cometido (inicialmente aumentaba la pena en la mitad).
Para quienes se encuentran al margen de la ley, o simplemente quienes no valoran el trabajo sacrificado del Policía, probablemente sean indiferentes con respecto al respaldo moral y jurídico que es menester otorgar al policía, al funcionario, o al ciudadano honesto que se enfrenta a la delincuencia o coopera con el mantenimiento del orden, como es el caso de los miembros de la comunidad que conformando sus Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana combaten a la delincuencia, codo a codo con la Policía. El Policía al enfrentar a la criminalidad, sabe que quien delinque no vacilará en quitarle la vida si de ello depende consumar su delito, fugar o impedir su detención. Los casos recientes y los hechos vandálicos que se suscitan en todos los confines del país así lo demuestran; son muchos los policías que resultan gravemente lesionados, heridos o muertos al cumplir con el ejercicio de su profesión. Siempre habrá un Policía al que se le apedrea, al que se le jalonea, al que se le pisa y patea al caer, al que no se le quiere reconocer su autoridad, cuando se trata de cautelar el orden, la paz, la tranquilidad, la seguridad. Siempre habrá un Policía que pondrá su pecho decidido y descubierto a las balas de aquellos que intentan afectar a nuestra sociedad, dejando finalmente una esposa sin marido, un hijo sin padre, una Institución enlutada.
Y la historia del martirologio policial vuelve a repetirse. Como cada vez que muere un Policía; se despiden los restos y generalmente se comienza diciendo, “Una vez más nos encontramos aquí reunidos, para despedir... Si, una vez más, pero cuantas veces será, una vez más. Lamentablemente serán muchas. No importa si hay guerra o si estamos en paz; si hay orden interno o desestabilización; si la situación económica imperante es buena, mala o regular; si el índice de desocupación sube o baja; si el grado de corrupción policial es alto o bajo. Lo cierto es que al concluirse con las honras fúnebres y con la ceremonia, la sociedad se olvidará del héroe muerto, de la esposa, de sus hijos; y se olvidará también de sus camaradas que deben continuar en desventaja enfrentándose a diario con la delincuencia. Probablemente la noticia será recogida por algunos medios de información, pero igual será motivo de olvido al día siguiente de su publicación.
Tanta gloria llevan en sus muertes los Policías, que a pesar de la falta de reconocimiento social por sus entregas, imponen -por encima del deber- seguir incansablemente luchando contra la delincuencia, por la paz social y la seguridad ciudadana, del cual somos beneficiarios y nos nutrimos, aunque algunos consideren que todos aquellos que representan la ley, no son humanos o que pertenecen a una raza inferior o simplemente son diferentes. La noticia, a estos señores, seguramente, les dibujará una sonrisa en sus rostros, por la tirria y mórbida fobia que poseen por el hombre que viste el uniforme o lleva la insignia de la Ley y del Orden. Sin embargo, en esos momentos probablemente, en algún lugar de nuestro país, otro Policía esté ofreciendo su vida en defensa de nuestra Sociedad e ingresando "en las filas de los gloriosos hombres que ennoblecen a las Instituciones Policiales".
A pesar de tantas muertes e irreparables pérdidas, algunas instituciones defensoras de los Derechos Humanos – no todas felizmente -, siguen desconociendo al "individuo policía" como un ser humano, parece que para ellos, el Policía fuera un ser inerte o un robot descartable, y que sus familias fueran revestimientos que no necesitan ni siquiera del pésame compungido y verdadero de aquellos que claman por mayor seguridad pero que no son capaces de solidarizarse con quien lucha y muere en el intento por conseguirla para brindárselas desinteresadamente. Los Policías también son seres humanos y ciudadanos que merecen respeto.
Es fácil responsabilizar a una Institución y a sus hombres, cuando estos se encuentra carentes de los instrumentos legales y de los medios representativos para su defensa. Felizmente y con acertado criterio, se ha dictado normas muy importantes para la Seguridad Ciudadana (Ley Nº 27933) y para sancionar con mayor drasticidad a quienes utilizan la violencia o la intimidación en agravio de funcionarios públicos en su afán de impedir que cumplan con la ejecución de actos propios de sus funciones (Ley Nº 27937).
Para defender a nuestros Policías, el Estado Peruano a través del Ministerio del Interior ha creado además La Defensoría del Policía, (D.S. N° 013-2002-IN del 23OCT2002) que garantiza los Derechos Humanos de todo el personal que presta servicios en el Ministerio del Interior y plantea mecanismos de solución en salvaguarda de sus derechos fundamentales, fomentando una cultura de respeto a los derechos y deberes inherentes al personal del sector.
La Defensoría del Policìa funciona en Lima, pero con el propósito de descentralizar sus labores el 28 de noviembre de 2002 se inauguró la primera Sede Regional en la ciudad de Arequipa, posteriormente se instalaron sedes regionales en las ciudades de Trujillo e Iquitos.
De esa manera el Estado peruano ha dado muestras de sensibilidad y solidaridad frente al trabajo policial, otorgando pleno respaldo a la Defensorìa del Policía para que se interesen por los derechos del Policías, por las viudas y por los huérfanos de las “Damas y Caballeros de la Ley”; así se aspira a que muy pronto la ciudadanía, la sociedad en pleno, las organizaciones de Derechos Humanos y todas las Instituciones en general, reconozcan a plenitud el trabajo sacrificado y riesgoso del Policía. Llegará entonces el día en que el Policía, no siga siendo el único ser obligado por Ley a poner en riesgo su vida sin el debido reconocimiento social; el único ser que cuando sale de su casa se despide de su familia rogándole a Dios que le permita regresar vivo a su hogar y no en un cofre de madera, implorándole también al Señor, que sus esposas e hijos vuelvan a recibir de sus propias manos el sustento para vivir con la alegría que le significa su sacrificio y su amor por la sociedad y para y para que no sean ellos quienes reciban con rostros apenados y acongojados, la bandera de la patria ni su kepí policial como recuerdo póstumo que le tributan sus compañeros de armas, por el deber cumplido.
El cielo se está colmando de héroes policiales, por eso, la sangre derramada fortalecerá aun más a la familia policial, pese a que el llanto y el dolor humedezcan con lágrimas nuestros rostros. (·) CORONEL PNP - ABOGADO - CREADOR Y FUNDADOR DE LA POLICIA COMUNITARIA DE TRUJILLO – DEFENSOR DELEGADO DE LA DEFENSORIA DEL POLICIA SEDE REGIONAL TRUJILLO. brayan1998_20_12@hotmail.com

miércoles, mayo 17, 2006

LA OCASION HACE AL LADRON

LA OCASIÓN HACE AL LADRON LA PREVENCIÓN DE LA DELINCUENCIA REQUIERE ROMPER LA CADENA DEL DELITO
(FOTO: Grupo de Policìa Comunitaria de Trujillo año 2004) Por : Enrique Hugo MULLER SOLON (*)
El fenómeno delincuencial ha venido cambiando en la medida en que el mundo ha venido evolucionando. De igual manera, la Criminología como campo del conocimiento ha mostrado los diferentes aspectos de su evolución en la explicación y comprensión de la criminalidad. Para el Criminólogo César Lombroso (1871) por ejemplo, el delincuente debía ser un ser atávico y cualquier hombre que mostrara las señas de ese atavismo (mandíbula retraída, ojos juntos, cejas espesas, dedos de los pies flexibles etc..) era un criminal nato. Las ideas de Lombroso aun perduran entre nosotros mas de lo que quisiéramos, es usual todavía escuchar decir a alguna persona: “.... míralo, tiene cara de delincuente..”. Desde las concepciones antropológicas y fisonomistas, pasando por las sociológicas, ecológicas, el delito ha sido considerado como un fenómeno inevitable, parte integrante de la sociedad, e incluso como lo señala Durkheim, el delito es normal, ya que una sociedad exenta de delitos es del todo imposible, y es parte integrante de toda sociedad sana. Los hechos criminales de hoy en día son vistos de una manera diferente a la concepción tradicional del delincuente, en que era visto como un sujeto enfermo y anormal; para la Criminología actual, el delincuente no es ahora un parásito ni un ser extraño en el seno de la sociedad, sino que es ante todo un regulador de la vida social. En la actualidad, la Criminología Contemporánea, todavía sigue estudiando cuales son las motivaciones que tiene el delincuente para la pràctica del delito y por supuesto estamos muy lejos de seguir pensando que las personas son delincuentes desde su nacimiento o que el delincuente dispone de ciertos rasgos físicos o antropométricos que los distinguen como tal, conforme lo afirmaba Lombroso. El crimen ya no es el resultado de un sujeto anormal y peligroso, sino una actividad de personas altamente capacitadas y especializadas, que ven una gran posibilidad de obtener riqueza y dispuestos a utilizar cualquier medio, ayudados por una aliada de inmenso poder como es la corrupción, que se fundamenta en el afán de riqueza de todo aquel que cae rendido por la tentación del dinero fácil. Es por esto, que frente a las actividades criminales clásicas llevadas a cabo de manera individual, en la actualidad se observa una evolución hacia una forma de criminalidad como empresa, la cual conocemos como “Crimen Organizado”, como es el caso del Tráfico Ilícito de Drogas, los Secuestradores, los asaltantes de Bancos, los tratantes de blancas, etc..
Pero en el presente articulo, queremos referirnos al delito menor, al delito que se comete de manera aislada, en asociación o en banda, pero sin la estructura ni la organización del denominado “Crimen Organizado”, nos referimos al asaltante, al estafador, al violador, al que nos hurta o nos roba en la calle, en el interior de un automóvil o en nuestro domicilio. Hoy en día sabemos que el delincuente es una persona común y corriente que haciendo uso de una elección racional de sus objetivos y de un análisis de las actividades rutinarias de sus víctimas, hace un debido cálculo entre las ventajas y las desventajas, de los riesgos y los peligros, procurando en todo momento "el logro del placer y la evitación del dolor" al cometer sus crímenes. En otras palabras “LA OCASIÓN HACE AL LADRON”. Este delincuente aprovecha simplemente la oportunidad, sin que para esto importen las condiciones del entorno social: Una puerta abierta, una casa sin vigilancia, una ventana que nos permite mirar al interior, un distraído conductor, una cartera vistosa, un bolsillo posterior abultado, una chica vestida provocativamente. Por supuesto que el uso de las drogas o del alcohol, convierten su acción mucho mas violenta. Y si este delincuente ya estuvo en la cárcel por delitos anteriores, se mostrará mucho mas agresivo con su víctima.
Efectivamente, para practicar un delito el delincuente hace un cálculo entre las ventajas que pueda obtener por ejemplo: dinero, sexo, aventura y los peligros que por ventura pueda tener con su conducta (ser detenido, juzgado, sentenciado). Cuando el delincuente identifica en una situación indicios de una buena oportunidad criminal es cuando se dan las condiciones para que el mismo decida cometer un delito. De esta manera, la conducta delictiva es resultado de una decisión racional, siendo los delitos patrimoniales, al que más se aplica esta teoría. En la pràctica, para que el crimen ocurra es necesario la convergencia de tres factores los cuales denominaremos “CADENA DEL DELITO”: Un delincuente potencial, un objetivo atractivo que también puede ser una víctima apropiada y por último la ausencia de control sea de naturaleza formal o informal y es así que si los tres elementos confluyen, se crea el ambiente propio para que ocurra el crimen .
En los delitos contra el patrimonio, un objetivo se torna atractivo para un delincuente cuando tiene elevado valor económico, joyas o un moderno teléfono celular; cuando por su peso se hacen más fáciles de transportar; cuando las personas muestran en las calles o en los hogares lo que tienen de valor, sea contar dinero en publico, sea dejar en la basura las cajas de los electrodomésticos que han comprado; y, cuando el delincuente tiene facilidad para ponerse en contacto con el objeto, sea por ausencia de vigilancia o una puerta abierta entre otros. La estadística policial en el Distrito de Trujillo, revela que el año 2004, se denunciaron 736 casos de Robos y 2,849 delitos de Hurto, lo que significa que existe una mayor predilección del delincuente por apropiarse de lo ajeno, aprovechando el descuido o la negligencia de las víctimas y no necesariamente haciendo uso de la violencia como es en el caso del Robo.
La realidad también nos demuestra que es muy importante en la aplicación de medidas preventivas contra la delincuencia, el control informal que hacen los vecinos, la familia, los empleados, el modo de vida, las medidas de seguridad de la vivienda, la arquitectura del barrio, etc, todo lo cual puede tornar más difíciles la práctica delictiva, de paso que impide la confluencia de los tres factores necesarios para la practica del crimen que ya hemos enunciado. La Policía Comunitaria de Trujillo, viene brindando gran apoyo a la población a través de sus Programas de “Cuadras Solidarias” mediante el cual se intenta convencer a los vecinos de la ciudad, sobre la necesidad de conocer y organizarse por cuadras para crear sistemas de seguridad en sus respectivos barrios.
Finalmente, debemos recalcar que para prevenir al delito es imprescindible e importante ROMPER CON LA CADENA DEL DELITO, que hace que el delincuente motivado, encuentre la víctima perfecta y el objeto deseado sin vigilancia; en la práctica significa que para prevenir delitos tenemos que hacer más difícil el éxito de la conducta del delincuente, modificando el ambiente para hacer la práctica del delincuente más difícil y arriesgada, al mismo tiempo que se reduce el éxito de su conducta delictiva. Los delincuentes buscan objetivos que no demanden un esfuerzo demasiado elevado, por lo que dificultarles el acceso al objeto, ya es una manera eficaz de reducir el delito. Obviamente, existen aquellos que son mas avezados – felizmente son los menos - y que sin importarles el riesgo, se lanzarán sobre su víctima, a pesar que en el intento puedan perder la vida o ser apresados.
En verdad, el delito en general puede ser reducido o prevenido cuando se reduce las oportunidades para que él ocurra. Las tácticas de educar a los niños para que se mantengan lejos de extraños, los cuidados diarios con los vehículos y casas, guardar el dinero en un banco o en una caja de seguridad, usar "el dinero electrónico", las tarjetas de crédito, tener contraseñas difíciles de que las descubran, se solidarios con los vecinos y cuidadosos con los sitios donde vamos, mirar siempre las personas que hay alrededor, no salir a la calle muy bien arreglada, ni provocativa, con joyas muy caras o vistosas, son algunas de las conductas que cualquiera puede tener y así prevenir un poco la posibilidad de transformarse - en un objetivo ideal o en la siguiente víctima ideal para el delincuente -, de sufrir un asalto, el robo de su vehículo u otro delito cualquiera. El control informal que hacen los vecinos, el control por grupos voluntarios, el de la seguridad privada o el control formal a través de la policías, son ayudas de igual manera muy importantes.
(*) Coronel PNP Abogado Reg.CAL 19367 Profesor de Criminología Defensor de los Derechos del Policía.
EVITE SER VICTIMA DEL DELITO EN LOS CAJEROS AUTOMÁTICOS Romper con la Cadena del Delito es la mejor alternativa de defensa. Autor: Enrique Hugo Müller Solòn. Nos encontramos en una era de "banca sin fronteras", en que al parecer los servicios financieros se encuentran disponibles para todos, en todas partes y en cualquier momento. Desafortunadamente, esta situación también ha sido adoptada por la fraternidad criminal. En muchas partes del mundo, los delincuentes tienen como meta los cajeros automáticos para perpetuar delitos contra el patrimonio, y se encuentran siempre en búsqueda del eslabón más débil: Un usuario desprevenido, distraído, o confiado. Estos delincuentes se están tornando cada vez más sofisticados en todas las modalidades que su trastornada imaginación les permite desarrollar para encontrar cada vez con mas facilidad nuevos incautos que les permita hacer cada vez más atractivo su “trabajo”. En una transacción típica de cajero automático el usuario ingresa su tarjeta y su número de identificación personal, ésta información y la transacción solicitada es transmitida al banco del cliente para que autorice la operación. Por lo tanto se envía un mensaje del cajero automático al sistema anfitrión del banco y el mensaje es contestado. En caso que se dé aprobación para proceder, la transacción se lleva a cabo. Si no es así, se transmite el mensaje adecuado. Es absolutamente esencial que el proceso de autenticación de extremo a extremo no pueda ponerse en riesgo o "manipularse". Es por esta razón que los bancos protegen estos datos a un nivel tan alto, que incluso las computadoras más potentes del mundo no son capaces de descifrar. Es decir, por parte del Banco, el dinero de los usuarios o clientes está totalmente asegurado. Sin embargo, existen varias formas que los delincuentes han descubierto para apropiarse de nuestro dinero cuando nos acercamos a la ventanilla de un cajero automático, si es que no estamos prevenidos de ello. En la generalidad de los casos, el delincuente que siempre será más de uno (usualmente dos o tres) estará observando cuidadosamente a las personas que se acercan a la ventanilla, y escogerá a su víctima entre aquellas personas que demuestren falta de control o descuido; por ejemplo aquellas que manifiesten abiertamente tener mucho apuro o prisa para retirar su dinero; estar demasiado distraídos mirando a las personas, conversando o leyendo un diario; demostrar ante todos desconocimiento sobre el uso de la Tarjeta o del teclado de la máquina; facilidad para entablar conversación con desconocidos que se encuentran en la cola (que puede ser uno de los delincuentes); o, simplemente su negligencia al esperar su turno en la ventanilla manteniendo en la mano a la vista de todos la Tarjeta que en unos momentos introducirá en la ranura del cajero automático, con lo cual demuestra al delincuente que es una persona totalmente confiada, pues no tiene temor a que alguien pase y le arrebate su Tarjeta. El 'cambiazo' es una de estas modalidades y la más común; se realiza entre varias personas (generalmente tres) y tiene una infinidad de modalidades; relataremos algunas de ellas: Uno de los delincuentes se acerca a la victima a la cual ha observado que tiene la tarjeta en sus manos, haciéndole conocer que debe tener cuidado al ingresar su tarjeta porque el cajero esta reteniendo las tarjetas cuando son mal ingresadas, inmediatamente se ofrece a enseñarle como hacerlo intentando hacerlo con su propia tarjeta la cual intenta tomar casi arranchándosela, en ese momento se produce el “cambiazo”. Otra modalidad de “cambiazo” es hacerle conocer a la víctima elegida, que la cinta magnética de la tarjeta que va a ingresar al cajero probablemente este sucia invitándola a limpiarla para que no quede retenida, si la víctima es convencida y saca un pañuelo o papel higiénico para limpiar su tarjeta o intenta limpiarlo con sus mismas prendas de vestir, el delincuente se muestra sorprendido, diciéndole “no por favor así va a malograr la Tarjeta, esa no es la forma yo le voy a enseñar” y prácticamente le arrancha su tarjeta, en este momento se producirá el “cambiazo”, el delincuente solamente necesitará contados segundo para ello; si la víctima se niega, el delincuente ya no insistirá porque el “cambiazo” ya se ha producido. Cuando la victima ingresa la tarjeta cambiada al cajero, será observada cuidadosamente por otro de los cómplices quien tomará nota del número de clave, inclusive expresará su deseo de ayudarla lo cual le permitirá asegurarse del número de clave; finalmente la Tarjeta quedará retenida después de varios intentos por no corresponder la clave ingresada a la tarjeta cambiada, momento en que un tercer cómplice orientará a la víctima a dirigirse al Banco a denunciar el hecho. Finalmente, los delincuentes ingresan la Tarjeta cambiada al mismo cajero según las condiciones que se presenten o se dirigen a otro cercano en donde completan la operación de apropiarse del dinero de su víctima. Una tercera forma de “cambiazo” se produce en los cajeros automáticos que tienen puerta de ingreso y donde se tiene que hacer uso de la Tarjeta para abrir la puerta de acceso. El delincuente que está observando a sus víctimas potenciales, se dará cuenta rápidamente que Ud. tiene problemas para colocar adecuadamente la Tarjeta en la ranura de la puerta al tratar de abrirla y se acercará solícito para ayudarle a introducir la Tarjeta correctamente y como en los demás casos prácticamente le arrebatará de las manos el plástico con el fin de “enseñarle”; en este momento de duda de su parte o de reacción contra el ocasional interesado en brindarle ayuda, se produce el “cambiazo” de la tarjeta. Otra modalidad de “cambiazo”; un delincuente se aprovecha que la víctima elegida acepta entablar conversación con facilidad y se coloca en la cola detrás de ella dando inicio a una amena conversación; al llegar a la ventanilla uno de sus cómplices aprovecha del descuido de la víctima para mirar su clave secreta cuando la digita, mientras que el primero continúa distrayéndola cuando realiza la operación apelando a cualquier pretexto. En el pequeño lapso que la víctima quita la vista del cajero para responder a su interlocutor, los delincuentes sacan su tarjeta y colocan otra en su lugar. Con la Tarjeta y la clave, quedan expeditos para retirar dinero de la cuenta del usuario. También se han producido sustracciones de tarjetas usando aparatos conocidos como 'cintillos' que se colocan en la ranura de la tarjeta y la atrapan. Ante el desconcierto de la persona que ve que su tarjeta no le es devuelta por la máquina, aparece alguien que ofrece ayuda. Puede pedirle que digite su clave o marcar un número de teléfono en su celular: supuestamente está llamando a la central de servicio al cliente del banco, y el interlocutor (un cómplice) le pide la clave y le dice que la cuenta queda bloqueada. En cualquiera de los dos casos la tarjeta permanecerá retenida, luego de que la víctima se retire, los delincuentes recuperarán la tarjeta y harán retiros con ella. La moraleja de todas estas historias es simple: “Cuando se trata de dinero, no confíe en nadie”. Otras modalidades existentes, son “La Clonación”, es una modalidad que puede ocurrir en los centros comerciales y restaurantes al momento de pagar, mediante la cual pueden duplicarse los códigos ocultos en la banda magnética al reverso de la tarjeta, para usarlos con fines fraudulentos. Para tal efecto, estos maleantes tecnológicos utilizan, por ejemplo, un lector de tarjeta como el de la entrada al cajero automático, con capacidad de hasta 100 códigos. El “skimmer” es el nombre del dispositivo utilizado para esto y es del tamaño de un beeper, y permite obtener información con solo deslizar la tarjeta. El aparato puede ser colocado a la entrada de los cajeros automáticos y desde allí “lee” los datos grabados en la cinta magnética del reverso de la tarjeta. Es importante que la operación de pago con Tarjeta, se haga en presencia del usuario, para evitar que el plástico sea manipulado por delincuentes. “El Bloqueo”, los delincuentes colocan en la ranura donde se debe introducir la tarjeta una nueva abertura con una especie de tope, para que la misma se quede atorada. Aprovechando el hecho, uno de los ladrones se acerca al usuario del cajero automático, le comenta que a él le sucedió lo mismo, le indica que debe marcar una serie de números y luego su clave personal que, por supuesto, está mirando y memorizando. El siguiente paso, una vez que el dueño se ha ido confiado en que su tarjeta quedó bloqueada, consiste en que un segundo delincuente se acerque al telecajero y la retire. Por supuesto, ya se sabe la clave. Algunas recomendaciones que le podemos brindar para proteger su patrimonio en los cajeros automáticos, pueden ayudarlo a romper uno de los eslabones más importantes de la denominada “Cadena del Delito”, con lo cual el delito en su agravio no se producirá; este eslabón es “una persona desprevenida, descuidada o sin control ni vigilancia”; haga todo lo contrario y ningún delincuente podrá considerarla como víctima potencial de sus fechorías: En primer lugar cuando use un cajero automático o haga una compra en una terminal de una tienda, cubra con la mano o el cuerpo el teclado al introducir su clave. Tome su tarjeta y recoja el recibo, ya que este último suele tener información de su cuenta. Escoja cajeros o sitios de compra donde se sienta cómodo(a) y seguro(a). Jamás acepte ayuda o sugerencias de extraños cuando use el cajero automático. Destruya completamente sus estados de cuenta antes de echarlos en la basura. Haga que su banco “bloquee” su cuenta y solicite una tarjeta nueva con otro número si piensa que alguien se ha apoderado de sus números de tarjeta. Evite dar informaciones sobre usted o su tarjeta de crédito a cualquiera que la solicita en nombre del banco o de una encuestadora, etc. Porte su tarjeta únicamente cuando vaya a usarla; es importante recordar que muchas veces, en caso de asalto, los hampones obligan a sus víctimas a realizar retiros en cajeros automáticos. Nunca proporcione su número a nadie, ni siquiera a personas que se identifiquen como funcionarios de su banco. Recuerde: “Cultura de Seguridad Ciudadana” es vivir alejado de la influencia del delito. Sea precavido, practique hábitos de seguridad permanentemente.

CUIDADO ¬°DELINCUENTE A BORDO!

CUIDADO: ¡DELINCUENTE A BORDO! UNA REALIDAD QUE DEBEMOS ENFRENTAR DE MANERA RESPONSABLE (Foto: Pareja de Policìas Comunitarios en la ciudad de Trujillo - PERU) Por: Dr. Enrique Hugo Muller Solòn (*) Todos los días cientos de pasajeros, abordan el servicio de Bus-Cama en modernos omnibuses de diferentes empresas de nuestro territorio nacional...me refiero a empresas formales, con terminal de sus unidades dentro de sus propias oficinas; pero seamos mas específicos, vamos a tomar como ejemplo la ciudad de Trujillo; es decir la ruta TRUJILLO – LIMA y viceversa; estas empresas, que son muchas, ofrecen usualmente al usuario puntualidad, confort y seguridad...hasta llegar a su destino. ¿Seguridad?!!!..Fíjese bien amigo lector, quizás a Ud. no le ha sucedido, pero le aseguro que mas de un familiar o conocido suyo ha sufrido esta ingrata experiencia....Los asaltos en el interior de omnibuses de las empresas de transporte interprovincial de pasajeros se están haciendo cada vez mas frecuentes en la Panamericana Norte....sin que exista un adecuado tratamiento responsable de esta problemática que atañe directamente con la seguridad del usuario y el tipo de servicio que los dueños de las empresas de transportes le brindan. ..Este caso es real y lo comparto con ustedes detalladamente.. El transporte (bus cama de dos niveles) partió de su terminal en la ciudad de Trujillo a las 22.30 hrs. iniciando su recorrido a la ciudad de Lima... El reloj digital del vehículo marca las 04.50 hrs. de la madrugada, la mayoría de pasajeros se encuentran durmiendo, el vehículo acaba de pasar el peaje de la localidad de Huacho, escasamente dos horas y estará llegando a la ciudad de Lima. De pronto..¡¡Delincuente a Bordo!!!... un pasajero que constantemente había estado realizando llamadas por teléfono celular y miraba nerviosamente por la ventana, se pone de pié; aparentemente lo hace para ir al baño, nadie se ha percatado pero este pasajero se encuentra empuñando una pistola la cual había escondido en la mochila con la cual subió al vehículo, con pasaje de embarque y desde el mismo terminal del servicio de transporte conjuntamente con los otros pasajeros; baja al primer nivel del vehículo, ingresa a la cabina de la terramoza quien duerme plácidamente y luego de amenazarla abre la puerta de la cabina del piloto, obligándolo a detener el vehículo a un costado de la carretera....el conductor obedece sin mayor problema.... ¿Qué es lo que está pasando?!!!; pasan unos minutos en los cuales se realizan nuevas coordinaciones telefónicas por parte del delincuente que se encuentra en la cabina del piloto, los pasajeros en el interior del vehículo todavía no se percatan de lo que esta pasando, de pronto llegan siete personas, el pasajero que lleva el arma, ordena al piloto abrir la puerta de subida de pasajeros y los siete desconocidos entre ellos una mujer suben al interior del vehículo, todos portan armas de fuego y se cubren la cabeza y parte del rostro con gorros de lana..... ¡¡Es un asalto!! Efectivamente, tres delincuentes se posesionan del primer nivel del vehículo y cinco suben al segundo nivel; el conductor ha recibido la orden de continuar la marcha normalmente y lo hace sin inmutarse siquiera ante el drama que a partir de ese momento han de pasar los pasajeros que se encuentran a bordo del vehículo, la terramoza junto al conductor tampoco parece vivir el drama que en la cabina del bus empiezan a vivir los pasajeros; lo que sigue después estimados lectores es indescriptible, sin embargo me atrevo a señalar algunas escenas, se imagina Ud. la impotencia que sentirán cada uno de los pacíficos pasajeros, los mas serenos por supuesto, al ver que angustiados ancianos, desesperadas mujeres, temeroso jóvenes adolescentes, y aterrorizados niños, son uno a uno vejados, maltratados y despojados de todas sus pertenencias, joyas, celulares, dinero, equipaje y todo lo que los delincuentes quieren llevarse, algunas madres de familia piden clemencia ante el llanto desconsolado de sus hijos, algunos ancianos lloran como niños, por allí se dieron cuenta que entre los pasajeros viajaba un Policía y lo golpean salvajemente...¡¡este es tombo, cag..., quítale todo, búscale el fierro..!!! nadie se atreve a mirar por temor a ser el siguiente, uno de los delincuentes se dirige a todos los pasajeros y les dice ¡Esto le va a pasar si alguno no colabora!, ..¡Nosotros no somos como otros que de frente suben y golpean a todos!!..¡¡Pero si alguien se quiere pasar de vivo lo quemo!!...¡Nadie me mira, nadie abre las cortinas, las manos cruzadas en el pecho!!!...pasan los minutos y la pesadilla no tiene cuando acabar, una joven es vejada morbosamente por uno de los delincuentes al descubrir que había estado escondiendo su celular en el interior de su brasier...todos parecen estar borrachos porque el ambiente tiene un olor nauseabundo y repugnante a licor barato...el reloj digital del vehículo marca las 05.45 hrs. y continúa su marcha normalmente; de pronto los delincuentes dejan de gritar, y como si todo estuviera debidamente estudiado y cronometrado, bajan al primer nivel, el vehículo vuelve a detenerse esta vez por breves segundos, bajan los desadaptados y se pierden en la oscuridad de la noche cargando las bolsas de polietileno donde habían metido todo lo robado. Permanecieron a bordo del vehículo 50 minutos... ¡¡¡ La pesadilla ha terminado??? No, la pesadilla se inicia nuevamente, el conductor reinicia la marcha y enciende las luces de la cabina de pasajeros, quienes al revisar sus pertenencias y volver a la realidad, se dan cuenta que los delincuentes se llevaron todo, algunos no tendrán ni siquiera una moneda para hacer una llamada telefónica, también se llevaron documentos y tarjetas de crédito, nuevamente el llanto y la desesperación... . El vehículo se detiene 10 minutos después en la Comisaría de Chancay y el conductor y terramoza cual actitud rutinaria sin importarle siquiera el estado en que pudieran encontrarse los pasajeros, se dirigen al Policía de guardia, informan lo sucedido y pasan a dejar asentada la denuncia. Luego un Policía invita a los pasajeros a ingresar a la Comisaría para que detallen sus pertenencias robadas en el voluminoso Parte de Denuncia que está asentando....Han pasado dos horas, los pasajeros suben al vehículo nuevamente y terminan su destino llegando a la ciudad de Lima aproximadamente a las 11.00 de la mañana. El drama individual de cada pasajero después de esto y al llegar a su destino, es otra historia. Conductor y terramoza continúan sus actividades como si nada hubiera pasado, pues ellos no fueron víctimas de la insania de los desadaptados. ¡¡Y quien es responsable de la Seguridad de los Pasajeros???. Ya es tiempo amable lector de dejar de culpar de todo lo malo a la Policía...esto que les acabo de narrar, es una modalidad de delito contra el patrimonio que en el argot policial se conoce como “Pasajero a Bordo”...es evidente que ante este tipo de delitos que cada vez se hacen mas frecuentes, resulta sumamente riesgoso viajar en una Empresa de Transportes Terrestre;...tengan presente que los delincuentes en estos casos no interceptan el vehículo para hacerlo ingresar a un cañaveral, un matorral o desviarlo a una carretera, o intentan reventarle las llantas con el conocido “aleta de tiburón” porque esto hace sospechar a la Policía que ya conoce los itinerarios de los vehículos. ahora utilizan con mas frecuencia esta forma de asaltar a los pasajeros, para no causar sospechas en la Policía porque el vehículo sigue su marcha normalmente mientras se comete el delito en su interior;... pero pareciera que a los propietarios de las empresas de transporte – no obstante conocer esta problemática - no les interesara mucho el tema, claro ellos no asumen ningún tipo de responsabilidad penal, civil ni económica ante estos hechos y prefieren maquillar obviamente el riesgo eminente que significa – y lo saben - actualmente viajar en un bus, promocionando mas comodidad en el viaje (Puntualidad, Video, refrigerio, aire acondicionado, asientos mas espaciosos, terramozas, seguridad, ¿¿SEGURIDAD!!!!!????...por favor….) ....Estamos frente a una dramática realidad de inseguridad que todos los ciudadanos y las autoridades debemos enfrentar de manera responsable. Fiscalía de Prevención del Delito, Cámara de Comercio, Sector Industria y Turismo, INDECOPI, Policía Nacional, Municipalidad, Ministerio de Transportes, Usuarios, todos debemos procurarnos una mayor seguridad en el transporte interprovincial. Todos, nuestros familiares, hijos, vecinos, todos somos víctimas potenciales. Los delitos que se cometen en el interior del transporte mientras este se dirige a su destino, deben ser evitados por los dueños de estas Empresas, la seguridad es parte del servicio que se ofrece al usuario. ¡¡Alto a la Impunidad!!.. Porque en lugar de ofrecer un servicio con terramoza, no se ofrece un servicio con seguridad privada a bordo?. Porque no se coordina con la Policía de Carreteras para que el vehículo antes de abandonar la ciudad, ingrese a sus instalaciones y se haga un registro minucioso de los pasajeros cuyos perfiles resulten sospechosos para la Policía?. Porque los propietarios de estas empresas no contratan personal policial calificado para realizar labores de registro, identificación e inspección de los pasajeros que suben a bordo de sus vehículos?; ¿Porque no se hace convenios con la PNP sobre el particular y evitar estar contratando a cualquier Policía quien no garantiza la experiencia necesaria para realizar este tipo de actividades al momento del abordaje de los pasajeros? ¿Porqué no se instalan servicios de comunicación bus- PNP – Agencia para alertar sobre cualquier peligro en las carreteras? La situación no es sencilla, la impunidad que adquieren los delincuentes ante la facilidad con la que comente estos ilícitos, sin que los propietarios de las Empresas de Transporte hagan nada para evitarlo, hace que cada día se incremente más estos delitos y que cada día aumenten los riesgos de asaltos y el número de víctimas. El Sector Privado, representando en este caso por las Empresas de Transporte, tiene la palabra: Invito a los señores empresarios a darse una vuelta por sus terminales y vean el sistema de seguridad que ofrecen:. ¿Presentación del documento de identidad? Es solo rutina, casi nadie lo presenta y si lo hacen el personal encargado no se encuentra capacitado para verificar si corresponden los datos o si se trata de un documento falsificado. Además que tan difícil es para un delincuente obtener una DNI falsa? ¿Filmaciones, para qué? ? Para identificar al delincuente después que se produjo el asalto? ¿Huellas digitales? Igual que en el caso anterior, pero además la forma como se obtienen las muestras no sirven técnicamente para identificar a la persona ¿Detector de armas? Utilicemos sistemas reales por favor, un aeropuerto podría darnos el diseño de un verdadero detector de armas. Pero si no lo tenemos tendremos que aplicar sistemas manuales pero estrictos y totalmente seguros. Las armas al interior del vehículo no llegan por arte de magia, hay que hacer un verdadero registro de mochilas y equipajes de mano. ¿Y que de la seguridad del vehículo? Porque razón si se conoce cual es el modus-operandi de estos delincuentes los propietarios de estos vehículos no colocan dispositivos de seguridad y alarma en las puertas de las cabinas de terramozas y pilotos? Porqué estas puertas se abren con tanta facilidad ante el requerimiento del delincuente?. La advertencia esta hecha ¡Cuidado Delincuente a Bordo! (Fdo.) Hugo Muller Solòn Abogado (*) Coronel de la Policía Nacional del Perú. Abogado, Catedrático del Curso de Criminología en la Universidad César Vallejo de Trujillo. Delegado de la Defensoría del Policía – Oficina Regional Norte – Trujillo. brayan1998_20_12@hotmail.com

NO ES CULPABLE EL CRIMINAL, LA VICTIMA ES CULPABLE

“NO ES CULPABLE EL CRIMINAL, LA VICTIMA ES CULPABLE” El cuerpo de la mujer ha sido objeto o se ha tomado como pretexto para la comisión de múltiples delitos Autor: Dr. Enrique Hugo Muller Solón * En la antigüedad, las mujeres eran consideradas como parte del botín de guerra al que tenían derecho los vencedores, la captura de mujeres por la fuerza en las ciudades sometidas no solamente era aceptada sino legalizada. 700 años A.C. el Rey de Babilonia y el Código de Hammurabi, sancionaban con la muerte a las mujeres vírgenes si estas eras violadas dentro de las murallas de la ciudad, ya que se argumentaba “ella podía haberse defendido o gritado”, pero si la violación ocurría fuera de la ciudad la mujer no era castigada si se casaba con el violador, al final de cuentas, de una u otra manera, la sanción siempre era para ella. Pero sin duda, fue la Edad Media, la que marcaría para siempre la vida de las mujeres, la presencia de la Santa Inquisición y su legalización, fue particularmente cruel para con ellas, al menos 8 millones de mujeres fueron quemadas vivas por infringir las sanciones establecidas en el Malleus Maleficarum escrito en 1486, y el cual establecía las sanciones para todo aquel que evidenciara ser practicante de brujerías o herejías. 85% de las personas quemadas vivas, acusadas de practicar la brujería fueron mujeres. Esto es solo el antecedente, pero sin duda después que lean este artículo probablemente me den la razón, con respecto a lo que sigue viviendo actualmente la mujer. La modernidad ha invertido las cosas: la víctima aparece como culpable y el victimario como inocente. Desde hace cinco años, en el mes de Octubre se realiza en Miami una marcha contra la “Violencia Doméstica”, en memoria de Gladys Ricart (39) asesinada a manos de su ex - pareja Agustín García, en el interior de su domicilio, vestida de novia y en circunstancia que esperaba junto a sus familiares, el momento de dirigirse a la Iglesia donde se llevaría a cabo su matrimonio.
Los dominicanos Gladys Ricart y Agustín García, fueron convivientes durante siete años y siempre existió violencia, por lo que ella decidió terminar con la relación, conoció a otra persona y planificó su boda. La tarde del 26 de septiembre de 1999, Agustín García, vecino de Washington Heights, en Manhattan, se trasladó a Ridgefield, New Jersey, armado y vestido apropiadamente para una boda. Una vez ahí disparó tres veces sobre Gladys Ricart, quien estaba a punto de salir hacia la iglesia a casarse. Ella murió. Sin embargo, a un mes del homicidio, su abogado declaró a La Prensa de New York: "tengo las pruebas suficientes para probar ante un gran jurado, que mi cliente es inocente y que, contrariamente a lo que dicen los testigos, García actuó en un momento de intenso dolor, al verse traicionado por la mujer con la cual mantenía una relación amorosa y tenía planes de casarse". La estrategia de la defensa era probar que García le disparó tres veces a Gladys hasta matarla porque la quería mucho, de ser así recibiría una pena relativamente leve, mientras que si se probara que la mató por otras razones podría recibir penas mayores, inclusive la pena máxima. No podemos dejar de preguntarnos, si este hombre asesinó a una mujer porque la amaba ¿cómo le irá a los que odian?, ¿Qué tipo de hombre es quien asesina al ser amado?. El abogado señalaba, que su cliente era inocente porque mató a una mujer porque lo traicionó. Esto quiere decir que matar a alguien a quien uno ama, alguien indefenso y más débil que uno, no es una traición, sino al revés. O que, en último caso, está justificado el hecho. ¿Así que matar a alguien por amor y dolor es mucho más aceptable que matarlo por odio o por robarle dos nuevos soles?, ¿Acaso no hay algo de alevosía y de traición en todo ello?, ¿Es posible que en la balanza de la justicia pueda pesar más el supuestamente adolorido corazón del señor que empuñó el arma que el cadáver de la víctima desarmada? ¿ Una persona que es incapaz de dominar sus impulsos al grado de matar a alguien en razón de sus sentimientos no es alguien peligroso? La estrategia de convertir a la víctima en culpable y traidora y al hombre en el macho con derecho a limpiar a balazos su honra mancillada, su orgullo mermado o su dolor de rechazado, puede dar resultados con ciertos jurados, quizá con una parte de la opinión pública, pero no sirve a la verdad, ni a la justicia y en nada contribuye a que las mujeres dejen de ser asesinadas, aunque sea por amor. En este caso no sirvió de nada estos argumentos de la defensa, el ex presidente de la Cámara de Comercio Dominicana Agustín García, fue condenado a cadena perpetua por el homicidio de Gladys Ricart. Pero veamos este hecho como un referente con relación a lo que sucede en nuestra sociedad, particularmente en nuestra ciudad donde la violencia intrafamiliar ha rebasado las estadísticas policiales ubicándose en el segundo lugar después de los delitos contra el patrimonio. Es relativamente frecuente que las damas a quienes preguntamos si sufren malos tratos de sus parejas o esposos, reaccionen no defendiendo al presunto agresor, sino defendiéndose ellas: “...por quién me has tomado, soy una persona inteligente y segura, no soy como esas tontas sin dignidad, a mi,.. mi marido nunca me pegaría...y si lo intenta no me dejaría pegar....” En nuestro entorno lamentablemente, una mujer maltratada tiende a pensar que reconocerlo la convierte automáticamente, a ojos de los demás, en un ser desvalido sin personalidad que se quedó en el siglo pasado en lo que a igualdad o defensa de sus derechos se refiere. En la práctica, el miedo al rechazo social no está justificado; la gente suele dejar de lado las ideas preconcebidas en cuanto se enfrenta a un caso real. Para superar la situación suelen ser imprescindibles el apoyo y la comprensión -no confundir con compasión- de los seres cercanos. Esa comprensión no se puede alcanzar si no se destruye una serie de mitos muy arraigados entre quienes, a pesar de que condenan los malos tratos, se creen inmunes. En nuestro país, existe la opinión casi generalizada de que las mujeres maltratadas se sienten culpables porque creen, erróneamente, que ellas son las que provocan la situación con su comportamiento. Si pues, dicen algunas: “::me pegó porque salí a la calle sin su permiso...”, otra dice: “....a mi me pegó porque me gasté la plata de la comida....”; y otra: “...a mi me pegó porque no le tuve su comida preparada a su hora para que se vaya a trabajar...”. Inclusive es probable que una madre pregunte a su hija: “...que habrás hecho, por algo te ha pegado el desgraciado ese...”. Es posible que ocurra en algunos casos, pero en general, todas se sienten avergonzadas por haberse dejado someter; saben perfectamente que la culpa es del energúmeno que las ha maltratado, pero eso sirve de poco. El sentimiento de culpa más arraigado de la mujer maltratada es el de haber elegido mal a su pareja o de haberse metido en determinada situación que ha motivado y de cierta forma justificado el maltrato recibido. Hay mujeres que creen que hubieran destrozado la vida del tipo en cuestión si lo abandonaban no obstante saber que era un maltratador; hay quien se sentía sola y admitió la compañía de quien se encontraba más a mano; hay quien, simplemente, se enamoró de quien no debía; y, por supuesto, hay casos de personas encerradas en situaciones económicas o incluso familiares de difícil solución que de alguna manera las predisponen a soportar el maltrato de manera indefinida y hasta algo mas, se conoce perfectamente de casos de violencia sexual contra menores dentro de su mismo hogar por parte de padres o padrastros que no son denunciados por sus progenitoras por las mismas razones expuestas anteriormente. Sin embargo, tengamos cuidado con las generalizaciones: continuamente nos recuerdan que los agresores no son enfermos mentales. No suelen serlo, pero algunos lo son. Nos recuerdan también que son hombres con una percepción equivocada de las relaciones, que buscan en la pareja una reafirmación social del machismo o tienen una educación patriarcal y conservadora; de nuevo, puede que sea así en la mayoría de los casos, pero no siempre se dan estas condiciones. Se podría afirmar que hay una nueva generación de agresores poco estudiada, tal vez porque las agredidas no se consideran pertenecientes al grupo estándar de las mujeres maltratadas y niegan lo evidente más que las que encajan en los parámetros. Esta nueva generación está compuesta y se nutre aunque Ud. no lo crea, de estudiantes de educación superior, profesionales, empresarios, dirigentes y otros supuestamente progresistas que, como no se han educado en la violencia, consideran un hecho aislado cada una de las agresiones que sufren o infligen. Sean cuales sean las premisas, una característica común entre las personas que maltratan a su pareja es la de confundir la posesión con el amor, pensar que la relación es inamovible e intentar imponerla por cualquier medio. El primer paso es la reiteración continua de declaraciones de amor eterno, que en muchas ocasiones basta para acelerar el noviazgo formal o el matrimonio; los agresores en potencia no llevan su condición escrita en la cara. La segunda fase llega con la inseguridad. Entonces aparecen el chantaje psicológico, las amenazas de suicidio, el acoso, el espionaje, la insistencia en que un hijo lo arreglaría todo, la convicción de que cualquiera es un rival, el afán por demostrar públicamente que hay una relación, etcétera. Si la pareja no se amolda, se puede pasar a la agresión física. Y para no amoldarse basta con mirar al perro y no al gato; con mirar al gato y no al perro. A ojos de un agresor o un agresor en potencia, cualquier detalle puede ser el desencadenante. Después de la primera vez se suele dar un periodo de apaciguamiento y arrepentimiento que lleva a muchas víctimas a pensar que sólo ha sido un hecho aislado y, por tanto, a no dejar la relación en ese momento; no olvidemos además que si hay enamoramiento o algún tipo de dependencia psicológica se tiende a idealizar al otro y a no ver los defectos, aunque sean evidentes. Cuando las agresiones se repiten, surgen el miedo y la inseguridad. En esta suerte de mundo al revés donde para algunos la víctima termina siendo la culpable y el asesino tiene la justificación de su tierno corazón herido, no es algo nuevo o inusual, sino una situación que se repite a diario, cada segundo en todos los lugares del planeta. Es el mundo en el que las mujeres golpeadas y violadas piensan que algo habrán hecho para provocar la furia del verdugo o del pervertido. Y llenas de miedo y culpa no se atreven a denunciarlo. Es verdad, este es el mundo en el que las mujeres violadas, sean apenas unas niñas o venerables ancianas, son catalogadas como provocadoras y ligeras. Y, nuevamente, llenas de vergüenza y culpa, se quedan calladas. La mayoría de los asesinatos y las violaciones en los que las víctimas son mujeres, son cometidos por varones cercanos a ellas, generalmente el novio, esposo o amante, el tío, el primo o el padrastro. Tres de cada 4 asesinatos cometidos en el ámbito familiar o íntimo son contra mujeres. En Nueva York, cada 12 minutos una mujer es golpeada por su amigo, novio, esposo o amante. En el Perú, según el informe anual del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán (2004), Seis mil mujeres fueron víctimas de violencia sexual, maltrato familiar y violaciones a los derechos humanos durante el 2003 en el Perú, según denuncias hechas ante las autoridades. Se cometieron en promedio 17 violaciones contra la libertad sexual de las mujeres al día. A la vez, el 41% de las peruanas fueron agredidas físicamente alguna vez por su pareja. Un 69% sufrió violencia física y un 31% psicológica. De ahí se desprendió que 6 de cada diez mujeres fueron víctimas de violencia familiar. El estudio también detallaba que el 80% de las mujeres que sufrieron violencia no buscó ningún tipo de ayuda. Flora Tristán proyectó en esas oportunidad que en el país se estarían produciendo 352 mil abortos clandestinos al año. En Lima y la costa, 189 mil, en la sierra 114 mil y en la selva cerca de 50 mil. Es decir, el 32% en la sierra y el 28% en Lima. Esos son datos de una realidad, no especulaciones sobre la bondad o maldad de esas mujeres. Paralelamente y durante décadas, el único protagonista de la ‘escena criminológica’ ha sido el criminal, con sus condicionamientos biológicos, psicológicos y socioculturales. Su figura, atractiva, misteriosa o amenazante, ha generado sentimientos ambivalentes de rechazo‑admiración, y frecuentemente morbo. Pero por el contrario, la víctima del hecho delictivo, no inspira más que lástima. Son los débiles en la lucha por la supervivencia y poseen el ‘rol de perdedor’ que no fascina (y a lo peor, no interesa) a casi nadie. Suele generarse un desplazamiento culpabilizante, una extendida tendencia a degradar a las víctimas por parte de los espectadores del fenómeno criminal. Incluso, comenta Hamilton (1987) que cuanto menor responsabilidad tiene la persona ofendida, menos simpatía despierta en la sociedad, la cual tiende a buscar de cualquier manera alguna razón que justifique el hecho (no debería estar en ese lugar a esa hora..., ella lo ha provocado al hombre, ...como se le ha ocurrido semejante barbaridad, etc. Son algunas de las expresiones que se suelen escuchar). Estas actitudes de la gente son aún más negativas hacia las víctimas de violación. Es preciso tener en cuenta que gran parte de los delitos que se cometen (como el maltrato infantil, violencia familiar, aborto, abuso sexual y violaciones), llevan en el fondo el estigma de un problema que requiere una atención compleja, integral y de mayor compromiso con la sociedad; que meramente perseguir y sancionar a los delincuentes. La víctima debe y merece volver a ser la protagonista principal de las políticas y preocupaciones fundamentales del Estado, del Ministerio Público, de la Policía, del Poder Judicial. Los delincuentes históricos se han hecho célebres; sus víctimas han sido condenadas al anonimato y mucha veces consideradas culpables de haber provocado la acción criminal; inclusive nuestra Policía, a la que deberíamos apoyar todos los ciudadanos con un poco de sentido común, resultan frecuentemente ser el flanco de nuestras críticas, cuando todos vemos la problemática que tenemos hoy en día en la calle, la gran labor que desempeñan y cómo se juegan la vida para que todos nosotros estemos un poco más seguros. Estamos llegando a un punto en el que el policía parece el delincuente, y que son ellos los que deben padecer y tolerar si son agredidos o insultados sin que puedan defenderse, porque, si no, están abusando de su autoridad. ¿En qué país vivimos? .Sólo decir a estas personas que no valoran a la Policía que tenemos y no hacen más que criticar que cuando sean víctimas de algún delito o sufran alguna agresión y necesiten de su intervención, reflexionen sobre sus palabras. Resulta entonces finalmente que la expresión “No es culpable el criminal, la víctima es la culpable” no es tan descabellada, por algo estas fueron las palabras premonitorias con las que el famoso intelectual FRANZ WERFEL, novelista, poeta y dramaturgo austriaco que adquirió fama en Austria y Alemania al término de la I Guerra Mundial (1914 - 1918), quiso adelantarse a su época al dirigirse hacia su mundo circundante con un cierto recelo ante el irremisible avance de la civilización hacia su decadencia y desmoralización al interior de la sociedad. Testigo de las atrocidades nazis durante la segunda guerra mundial, nos dejó además ésta recomendación: "El juez debe colocar su fuerza de parte del acusado, no sólo en interés de la justicia, sino en el descubrimiento de la verdad". * Coronel de la Policía Nacional del Perú. Abogado, Penalista y Criminólogo; Catedrático de la Facultad de Derecho de la UCV de Trujillo; Delegado Regional Norte de la Defensoría del Policía; Creador de la primera experiencia de Policía Comunitaria en la ciudad de Trujillo – PERU.

LA CADENA DEL DELITO INCREMENTA LA INSEGURIDAD CIUDADANA

LA CADENA DEL DELITO INCREMENTA LA INSEGURIDAD CIUDADANA Es posible romper la “Cadena del Delito” por medio de la Prevención Situacional Por : Dr. Enrique Hugo MULLER SOLON (*)
Actualmente, la Seguridad Ciudadana constituye uno de los principales problemas sociales de casi todos los países de América Latina, cuyos ciudadanos están hondamente preocupados por fuertes incrementos de la criminalidad -en particular de los delitos violentos-, las personas se sienten cada vez más inseguros en su integridad física y bienes, y expresan su insatisfacción con respecto a la respuesta estatal ante el fenómeno delictivo.
En el Perù, el tema se sitúa en un contexto caracterizado por las escasas experiencias nacionales y/o locales debidamente planteadas y evaluadas; el desconocimiento por la gran mayoría de los encargados precisamente de la seguridad de los enfoques utilizados y de las experiencias realizadas positivamente en otros países en donde el tema de la delincuencia ha sido abordado a través de investigaciones y proyectos pilotos debidamente monitoreados y con significativos resultados; la costumbre de adoptar modelos foráneos sin tomar en cuenta su valor y las realidades propias o por el contrario la utilización de métodos y procedimientos preventivos desfasados por la misma acción delincuencial contemporánea; en fin, son muchos y variados los factores que inciden en este problema tan complejo para la sociedad peruana en su conjunto.
La propuesta de soluciones frente a la inseguridad ciudadana, debe partir entre otros aspectos, de combinar, analizar y contrastar elementos de la realidad nacional como son el índice de la criminalidad, la legislación penal y el funcionamiento de los diversos componentes del sistema de control social, con la opinión de los ciudadanos sobre la delincuencia y la eficacia de la respuesta del estado. Pero además se deberán tomar en cuenta la aparición y desarrollo de nuevos enfoques y modelos que parecen más prometedores que los tradicionalmente utilizados en la lucha contra el delito: tales son los casos, en el sector policial, del modelo de servicio de POLICIA COMUNITARIA; y, en materia de prevención del delito, de los enfoques "SITUACIONAL" y "SOCIAL", que implica necesariamente la conformación de alianzas estratégicas entre comunidad, policía y autoridades locales. En este nuevo enfoque del trabajo policial, la “prevención social del delito” está orientada a los factores sociales, económicos, culturales, políticos, etc. que condicionan las conductas ilícitas; y, la “prevención situacional”, es la que presta mayor atención a la potencial víctima, el potencial delincuente y al entorno en el que se suscitan los hechos delictivos.
La Prevención Situacional del delito, conjunto de técnicas orientadas a controlar las circunstancias que, de alguna manera, dan lugar a la ocurrencia de un hecho delictivo, con el propósito de hacerlo menos accesible y dificultar, sino imposibilitar, su comisión, mediante la implementación de medidas de auto-protección con el objeto de prevenir la propia victimización, se presenta en nuestros días como una alternativa viable y confiable para romper con la “Cadena del Delito” que es la secuencia casi generalizada mediante la cual se llegan a cometer los delitos. Estas técnicas están referidas al control de las oportunidades delictivas que convergen en tiempo y espacio en función de los tres elementos que conforman la denominada “Cadena del Delito”: La presencia de un delincuente motivado, un objetivo deseado y alcanzable; y, la ausencia de seguridad o el descuido del objetivo deseado.
El modelo de Prevención Situacional del Delito, es importante para apoyar el esfuerzo que actualmente hace nuestra Policía Nacional del Perú y las autoridades locales para disminuir, neutralizar y erradicar el delito en todas sus formas. La Prevención Situacional del Delito, tiene como principales actores a los vecinos, la familia, los trabajadores, a todos los ciudadanos en general y se encuentra en directa relación con su modo de vida, la situación de su vivienda, la arquitectura del barrio, etc.; de modo tal que puedan participar activamente para tornar más difíciles las prácticas delictivas, al paso que impiden la confluencia de los tres factores necesarios para la practica del crimen: El delincuente motivado, el objetivo atractivo y por fin la ausencia del control, por el descuido o la falta de medidas de seguridad.
La eficacia del modelo de Prevención Situacional del Delito, fue una practica permanente en la ciudad de Trujillo, con el trabajo desarrollado por la POLICIA COMUNITARIA los años 2003 – 2005, en que bajo la dirección del autor del presente artículo (creador y fundador de la Policía Comunitaria), se generaron sistemas de trabajo conjunto entre autoridades locales – policía y comunidad, como fueron “Cuadras Solidarias” y los recordados “Plan de Barrio” y las “Escuelas de Seguridad Ciudadana”, encaminados precisamente a diseñar estrategias de Prevención Situacional contra el delito, pero que al parecer han sido olvidadas o dejadas de lado por algunos vecinos, que no toman en cuenta que la modernidad de la vida actual con el accionar de la delincuencia, nos obliga a convivir en una "sociedad de riesgo" donde no es más posible vivir, sin que se esté de alguna manera, haciendo uso de medidas de autoprotección contra el delito.
Recordemos entonces que para prevenir al delito por medio de la Prevención Situacional es importante romper con la “cadena del delito” que hace que el delincuente motivado, encuentre la victima perfecta y el objeto deseado sin vigilancia o desprevenido, esto implica para el potencial delincuente: "incrementar el esfuerzo necesario para cometer un delito con éxito, minimizar las recompensas o satisfacciones del delito y aumentar las probabilidades de ser detectado y detenido". En la práctica significa que para prevenir delitos tenemos que hacer más difícil el éxito de la conducta del delincuente, modificando el ambiente para hacer su práctica más difícil y arriesgada al mismo tiempo en que reduce el éxito de la conducta delictiva.
Sabemos perfectamente que los delincuentes buscan objetivos que no demanden un esfuerzo demasiado elevado para obtener los ilícitos resultados que esperan obtener y que dificultar el acceso al objeto, ya es una manera eficaz de reducir el delito. Es verdad que la aplicación de técnicas de Prevención Situacional frente al delito, producen alteraciones en el estilo de vida de las personas, pues se deben tomar precauciones que de una u otra forma afectan la cotidianidad de las actividades. El esfuerzo por disminuir la exposición personal a la delincuencia incluye la renuncia a la exhibición de joyas y dinero, a la utilización de los cajeros automáticos de dinero en horas nocturnas o en locales de poca afluencia, a la rutina de las caminatas o "trote" en las primeras horas de la mañana, a visitar al centro de la ciudad, etc. Todo con la intención de "desplazar el objetivo" de la delincuencia. La prevención situacional también logra similares propósitos cuando se ilumina una calle peligrosa, se clausura un local donde se expenden bebidas alcohólicas ilegalmente y se restablece el orden el escenario urbano. Calles que están en mal estado donde se tendría que arreglar para que pueda pasar tanto un patrullero como una ambulancia, eso también hace a la seguridad. Pero además, junto a tales conductas de evitación a la victimizaciòn aparece además un conjunto de acciones de protección que implican el “blindaje” de la vivienda, mediante la instalación de toda clase de dispositivos de seguridad (alarmas, rejas, cercos eléctricos, perros, letreros) y la contratación de vigilancia privada. Lo cual repercute en el estilo de vida, en tanto supone la consideración de una nueva partida en el presupuesto familiar: "gastos de seguridad", pero inevitables en nuestros días.
Hay muchos temas que hacen a la seguridad y no tienen nada que ver con la policía, es órbita de competencia del municipio y es por eso que decimos que la seguridad hoy es un problema de todos y que no incumbe solo a la Policía. El POLICIA COMUNITARIO, es el llamado a intermediar entre los vecinos y las autoridades – especialmente autoridades locales – para que se tomen acciones no policiales destinadas a reducir los márgenes que le sirven de apoyo a la delincuencia. Como recordamos, el servicio policial de POLICIA COMUNITARIA, tiene como general, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y favorecer una mayor cohesión y solidaridad sociales, y sus finalidades específicas: identificar los problemas de la comunidad, en particular en materia de criminalidad y orden público, y propiciar soluciones sostenibles a los mismos, recurriendo para ello al enfoque "resolución de problemas"; disminuir las formas más graves y preocupantes de criminalidad y el sentimiento de inseguridad frente a ellas de la ciudadanía; incrementar el nivel de satisfacción de la población ante la intervención policial; favorecer la participación activa de la comunidad en la "producción" de seguridad; contribuir a la coordinación interinstitucional en materia de seguridad ciudadana; y valorizar al personal policial. (*) Coronel de la Policía Nacional del Perù Abogado Creador y fundador del Primer Proyecto Piloto de POLICIA COMUNITARIA en el Perù. brayan1998_20_12@hotmail.com

martes, mayo 16, 2006

CONCEPTO Y PRINCIPIOS FILOSOFICOS DE POLICIA COMUNITARIA DE TRUJILLO – PERU POR: CORONEL PNP ENRIQUE HUGO MULLER SOLON CREADOR DE LA PRIMERA EXPERIENCIA DE POLICIA COMUNITARIA EN EL PERU. 1. CONCEPTO La Policía Comunitaria puede ser enfocada desde diferentes puntos de vista, para algunos es un servicio de patrullaje policial, otros consideran es una nueva filosofía y doctrina del quehacer policial; otros menos optimistas opinan que solo es un concepto y un cambio de actitud frente al público; otros la consideran una estrategia de acercamiento a la comunidad. La Policía Comunitaria en Trujillo - PERU, asumió el concepto de Anthony Butler Jefe de Policía de Glourcestershire – Inglaterra. Policía Comunitaria es una modalidad del servicio de policía que toma como punto de partida las necesidades e intereses de las comunidades locales y que entrega una respuesta que fomenta la colaboración para con ellos y asegura a la comunidad que hay un compromiso para mejorar su calidad de vida priorizando la prevención social del delito. Pero además la Policía Comunitaria en Trujillo, significó la internalizaciòn de una filosofía, una doctrina y un procedimiento al interior de la institución policial, basada en la priorizaciòn de la atención de las expectativas de la ciudadanía en la búsqueda de la solución de los problemas que afectan la Seguridad Ciudadana y/o que propician el deterioro social progresivo de sus barrios, coordinando acciones con las autoridades locales y la comunidad organizada, de tal manera que se garantice una adecuada convivencia pacífica, paz, tranquilidad y seguridad para el desarrollo. Policía Comunitaria es alianza estratégica (Autoridad local, comunidad y policía) para incrementar la Seguridad Ciudadana. Policía Comunitaria es un servicio policial basado en la prevención que busca la mayor integración del Policía con los ciudadanos de la zona asignada, generando un ambiente de confianza y comunicación que permite un apoyo mutuo entre policía y comunidad y, por lo tanto, un control mas efectivo del delito. 2. PRINCIPIOS FILOSOFICOS a. Descentralización En tres niveles. Un primer nivel es la descentralización del servicio policial, es decir es el Policía el que se acerca a la población con sus servicios. b. Proximidad Significa desarrollar los vínculos ordinarios de relación entre la Policía y las entidades representativas de los barrios. Este principio es la esencia de la Policía Comunitaria que intenta en esta forma desarrollar una practica de proximidad al vecino, acercándose a los barrios a través de sus organizaciones vecinales o directamente en sus hogares a los habitantes de su sector de responsabilidad. c. Participación Ciudadana La Policía Comunitaria ayuda a los ciudadanos a construir su participación a partir de pequeños proyectos que tengan como objetivo favorecer la idea de hacer cada vez mas suyo el entorno. La participación ciudadana resulta primordial en el enfoque de la inseguridad ciudadana porque este debe ser percibido como problema común entre autoridades y vecinos, de tal manera que la aplicación de la solución también sea común. d. Corresponsabilidad Los ciudadanos al implicarse conjuntamente con la Policía y las autoridades locales en la resolución de sus problemas se hacen corresponsables. El enfrentarse a los problemas de seguridad les lleva a sentirse mas afectados y a participar en el proceso para buscar una solución. e. Resolución de Problemas La Policía Comunitaria colabora con los ciudadanos en la resolución de problemas que afectan la seguridad ciudadana en el barrio, ayuda a transformar las causas que los originan proteger y mejorar las condiciones y la calidad de vida en los espacios públicos, utilizando adecuadamente los recursos de la propia policía y de los gobiernos locales, servir de intermediario entre esta y los ciudadanos y mediar en pequeños conflictos. Pero además la Policía Comunitaria no se niega a intervenir en solucionar problemas que no estén relacionados con la inseguridad ciudadana, de esta manera eleva el nivel de confianza de la comunidad y contribuye a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. f. Prevención y Proactividad Consiste en restaurar el equilibrio en la actividad policial marcada por las acciones reactivas, es decir, actuar sobre los conflictos consolidados, para priorizar las acciones anticipatorios o preactivas y por lo tanto preventivas, dirigiendo la actividad, en consecuencia, a las causas y a la búsqueda de las soluciones a los problemas incipientes o potenciales. g. Territorialidad Tiene como fundamento la descentralización del servicio policial. El Policía llega al territorio asignado y va conociendo en profundidad a su gente, sus negocios, sus problemas, sus necesidades; permite al Policía situar correctamente cada problema en su contexto adecuado, facilita el conocimiento de las causas que lo provocaron y de las consecuencias que pueden producirse con cada una de las alternativas posibles de ser utilizadas para su resolución. h. Multidisciplinariedad Tiene que ver con la diversidad de servicios policiales que se brindan al ciudadano, teniendo en consideración que la actividad del Policía Comunitario no se centra exclusivamente en la seguridad ciudadana desde el punto de vista de la delincuencia o del delito, sino que lo objetiviza desde diferentes aspectos con la finalidad de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, es decir también se preocupa por el desarrollo integral de la comunidad. i. Integración Social Vinculado con la descentralización y la territorialidad. El Policía Comunitario consigue una integración plena con su territorio y con los vecinos, consolidando su presencia en el barrio, familiarizándose con los vecinos, con los comerciantes, con las entidades ciudadanas, con los jóvenes; se constituye en canal de comunicación entre los vecinos del barrio y el gobierno local; involucra otras entidades, genera redes de apoyo, desarrolla valores comunitarios, convirtiéndose en potente modulador y conciliador de conflictos, etc. j. Reconocimiento de las Capacidades del Policía El servicio de Policía Comunitaria es una nueva forma de orientación profesional se basa en la concepción de que los Policías son individuos inteligentes y creativos y, que por lo tanto, pueden responder mas allá de la dinámica de los requerimientos y las actuaciones convencionales, en el sentido de que son capaces de tener y sugerir iniciativas para la resolución de problemas concretos.

EXPERIENCIAS DE POLICIA COMUNITARIA EN LA CIUDAD DE TRUJILLO

Experiencias de Policía Comunitaria en la ciudad de Trujillo – PERU (2003-2005). La Policía Comunitaria en Trujillo fue creada el 06 de Octubre del año 2003 por el Coronel de la Policía Nacional del Perú Enrique Hugo Muller Solon (*) …Tengamos en mente por un momento a una familia que se muda de casa y llega con muchas expectativas a su nuevo vecindario. Ellos están desempacando y arreglando sus cosas, cuando de pronto el sonido del timbre les anuncia la llegada de un inesperado visitante. Al abrir la puerta aparece la figura amable de un uniformado: UN POLICIA, que viene a saludarlos, a presentarse, conocerlos y hacerles conocer que es el POLICIA COMUNITARIO del barrio, informándoles que está a su disposición para cualquier consulta o eventualidad. ¡Cuánta alegría y cuanta tranquilidad constituye para estos recién llegados la visita de este representante de la comunidad…
…Imaginemos ahora otro escenario: Un POLICIA COMUNITARIO hace su ronda a pié o en su motocicleta por el barrio al cual ha sido asignado y encuentra en un parque a un grupo de muchachos deambulando o conversando sin propósito. Reconoce a algunos, quizás no a todos como habitantes de la zona y se acerca a ellos sin intimidarlos, y ellos perciben su cercanía sin temor ni rechazo. Luego de saludarse entablan conversación, y el policía habla con los jóvenes sobre los sucesos del barrio, sobre las actividades que realizan, pregunta por el motivo de estar reunidos, les recomienda alguna actividad deportiva o cultural que se esté desarrollando por esos días e incluso les da datos para que entren en contacto con alguna entidad promotora de esta clase de eventos. Finalmente los hace reflexionar sobre la influencia nociva del ocio mal utilizado. En suma: se comporta y es percibido como un amigo y orientador, y no como un elemento de amenaza y castigo. ¡Que buen ejemplo y que buenas ideas pueden sembrarse con sólo una charla informal, si la relación se funda en la confianza!....
La Policía Comunitaria en la ciudad de Trujillo, se creó por iniciativa del Coronel PNP Enrique Hugo MULLER SOLON cuando se desempeñaba como Jefe de Estado Mayor de la III-DIRTEPOL-T, actualmente (2006) es Delegado de la Defensoría del Policía en la ciudad de Trujillo. El pensamiento proactivo y visionario de su creador, le permitió fundamentar su estrategia en las experiencias internacionales de Policía Comunitaria, diseñó un modelo de POLICIA COMUNITARIA adaptable a la realidad local de la ciudad de Trujillo y lo aplicó entre OCT2003 y ABR2005 en los cincuenta y cinco Territorios Vecinales de la ciudad de Trujillo. Un año después de iniciado este servicio policial, la Municipalidad Provincial de Trujillo, entregó la Medalla de la Ciudad al Jefe de la Policía de Trujillo al cumplirse el primer año de creación de este servicio policial especializado, y que por su doctrina, filosofía y procedimientos conmovió totalmente a la colectividad norteña convirtiendo a Trujillo en la primera ciudad del país en donde la Policía Nacional del Perú, incorporaba dentro de su estructura orgánica - funcional una experiencia del servicio de esta naturaleza, bajo lineamientos organizativos, técnicos y estratégicos totalmente descentralizados y proactivos. El Gobierno Regional de La Libertad a través de una felicitación refrendada en la Resolución Ejecutiva Regional Nº 1135-2004-GR-LL/PRE también reconoció el trabajo realizado por la Policía Comunitaria en su primer año de creación. Por su parte la Fundación Hanss Seidel y las ONG Agro Futuro y Traperos de Emaus, otorgaron Medallas de Oro a los impulsores de la Policía Comunitaria. Las Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana, autoridades locales y empresarios privados también se hicieron presentes en los homenajes que recibió la Policía Comunitaria de Trujillo en su primer año de aniversario.
Todo investigador de temáticas policiales, sabe perfectamente que la tendencia actual de las policías modernas es la de adoptar una combinación de estrategias que fomenten la integración, la prevención y la cooperación con diferentes sectores de la sociedad. Gracias a esta combinación, han surgido en diferentes países similares modalidades de Policías Comunitarias, que buscan a través del acercamiento con la ciudadanía un mejoramiento del modelo de seguridad ciudadana. Así surge la Policía Comunitaria de Trujillo, dando un gran paso para acercarse a la población y generando un renacer en las estrategias de seguridad y convivencia en nuestra ciudad. Fueron estudiosos norteamericanos quienes en la década de los años 80 del pasado siglo, coincidieron en afirmar que era necesaria la adopción de este nuevo modelo integral, por medio del cual sociedad y policía adecuadamente articulados identifiquen y busquen soluciones a los problemas que afectan la Seguridad Ciudadana. Este modelo se denominó POLICIA COMUNITARIA y se sigue denominando Policía Comunitaria. Hoy en día el modelo de Policía Comunitaria ha alcanzado prestigio mundial y no se limita a los Estados Unidos, sino que ha traspasado las fronteras y culturas policiales trascendiendo realidades urbanas y rurales en los cinco continentes. Efectivamente, es posible encontrar programas de Policía Comunitaria en ciudades de Europa, en Londres, en Bruselas, en Noruega, Francia, España. En Asia, tanto en Tokio como en Kuala, Lumpur y Japón. En Norteamérica, tanto en Nueva York como en San Diego, Orlando, New Yersey y Los Angeles. En Latinoamérica, en San Salvador, San José de Costa Rica, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador y Argentina.
El Policía Comunitario, aplicó una nueva filosofía de trabajo y desarrolló una singular doctrina articulan alrededor de tres propósitos principales: (1)Ser un Policía que se anticipe y prevenga las dificultades; (2)Conocer su territorio y ser conocido por sus habitantes; y, finalmente, (3)Responder a los requerimientos de la población a través de un diálogo constante y una atenta escucha de sus problemas con la finalidad de ir planteando alternativas de solución. Su filosofía se fundamenta en los principios básicos de territorialidad, descentralización del mando, proximidad al barrio, impulso de la participación ciudadana en la seguridad, la corresponsabilidad del ciudadano con los problemas existentes, la resolución de problemas, prevención y proactividad, identificación con el territorio, multidisciplinariedad de servicios, integración social y reconocimiento de capacidades del policía. La Policía Comunitaria no surgió como una Policía paralela, sino como una Policía Especializada dentro de la organización policial, como lo podría ser la Policía de Tránsito, la Policía de Turismo, la Policía de Investigación Criminal, etc. En Japón todos los Policías que egresan de las Escuelas de Formación de Policías tienen como primera Unidad de destino: La Policía Comunitaria: mas conocida como el “Koban”
En el contexto del trabajo desarrollado por la Policía Comunitaria, los ciudadanos tenían una participación protagónica en los eventos, programas y acciones concretas elaborados para prevenir el delito, mejorar la seguridad, incrementar la cultura de seguridad ciudadana y lograr una adecuada convivencia pacífica; a la vez que fue mejorando la confianza y credibilidad institucional, lográndose alcanzar un positivo efecto en la decisión comunitaria de lucha por la reducción de la delincuencia.
La experiencia del trabajo del Policía Comunitario en Trujillo fue arduo y difícil, pero muy reconfortante. El Policía Comunitario, en su territorio geográfico visitaba a todos los vecinos “casa por casa” y buscaba en cada cuadra un aliado para que sea el coordinador, una persona que desee colaborar, y en compañía de este, hacía un llamado a los vecinos del barrio comunicándoles que “los policías comunitarios deseamos conocerlos, les queremos presentar a un amigo”, “su vecino” para luego acudir con estos nuevos amigos a un tercero y los tres donde un cuarto vecino y así sucesivamente. Luego de reunirse el grupo de amigos de la cuadra, (algunos de ellos se saludaban por primera vez, otros ni siquiera se conocían) deciden conversar en un lugar cercano, puede ser el parque o la casa de alguno de ellos, o simplemente en la calle y se les invitaba a conformar las denominadas “CUADRAS SOLIDARIAS”. Luego, los Policías Comunitarios les explicaban su misión y su deseo de participar con ellos en el diagnóstico y solución de los problemas que afectan al barrio; los invitaba entonces a participar previamente de la experiencia de “Cuadras Solidarias” y posteriormente a capacitarse en temas de Seguridad en las “ESCUELAS DE SEGURIDAD CIUDADANA”.
Las Escuelas de Seguridad Ciudadana, centros académicos comunitarios de formación de “Promotores en Seguridad Ciudadana”, se inauguraron en la ciudad de Trujillo, en el mes de Junio 2004, lideradas por la Policía Comunitaria en alianza estratégica con la Universidad Privada del Norte y algunas empresas del sector privado, así como del importante apoyo de la Fundación Hanns Seidel. Las Escuelas de Seguridad Ciudadana fueron el nuevo soporte de las Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana, a través del cual se buscaba fortalecer los lazos entre policía y comunidad, formando un tejido social que le impidiera actuar a la delincuencia y garantizara un ambiente armonioso en la sociedad, abriendo de nuevo las puertas de la convivencia pacífica. Las personas formadas en las Escuelas de Seguridad Ciudadana, organizaban los voluntariados denominados Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana (JUVESC). Mediante Resolución Jefatural Nº 01-05-III-DIRTEPOL/AREAPACIU del 26 de Marzo 2005, se reconoció y autorizó el funcionamiento de la Asociación de Promotores egresados de las “Escuelas de Seguridad Ciudadana”, siendo su primer Presidente el Sr. Eusebio BURGA ALVA.
Las Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana nos permiten respirar un aire de tranquilidad y nos permiten incrementar la sensación de seguridad. La seguridad es como el aseo: se percibe, se siente, está en el medio ambiente. Los integrantes de las Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana debidamente organizados y capacitados en las Escuelas de Seguridad Ciudadana, iniciaban sus funciones luego de ser juramentadas, elaborando el “PLAN DE BARRIO PARA LA PREVENCIÓN DEL DELITO”
El Plan de Barrio para la prevención del Delito, era una estrategia de la Policía Comunitaria para ser aplicada por las Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana (JUVESC), instrumento eficaz para identificar conjuntamente con la Policía Comunitaria y sus autoridades vecinales, los principales problemas que afectan la seguridad y el desarrollo integral del barrio. El Plan de Barrio para la Prevención del Delito, surge el 29 de Abril del 2004, durante el desarrollo del IV Seminario de Seguridad y Participación Ciudadana organizado por la Policía Comunitaria de Trujillo. El Plan de Barrio es la primera actividad que realizaban las Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana luego de ser juramentadas, con la finalidad de identificar los problemas existentes en el barrio y plantear las soluciones viables. El documento que se elaboraba era cursado al Comisario PNP de la jurisdicción, al representante del Defensor del Pueblo, a la Fiscalía de Prevención del Delito, al Alcalde de la Municipalidad Provincial o Distrital en su condición de Presidente del Comité Provincial o Distrital de Seguridad Ciudadana según correspondía. Los resultados fueron totalmente satisfactorios, en razón que el compromiso de las autoridades antes mencionadas con la comunidad se fue incrementando con respecto al interés por ir solucionando los problemas planteados, habiéndose llegado a internalizar en la ciudad el concepto del denominado “Plan de Barrio” como estrategia importante para la prevención del delito. La Defensoría del Pueblo a través de importantes comunicaciones con las autoridades locales, invitaba a prestar atención a los “Planes de Barrios” enviados por los vecinos.
Pero allí no terminaba el trabajo de la POLICIA COMUNITARIA DE TRUJILLO, paralelamente los Policías se entrevistan con las autoridades locales (Alcaldes Vecinales, Tenientes Gobernadores, Presidentes de Comités de Progreso y otras autoridades comunales), con la finalidad de organizar el desarrollo de programas de “PREVENCIÓN SOCIAL DEL DELITO” orientada a los factores sociales, económicos, culturales, políticos, etc. que condicionan las conductas ilícitas, permitiendo neutralizar o disminuir las condiciones que facilitan el desarrollo de la criminalidad en el Territorio Vecinal donde se venía trabajando. La Policía Comunitaria tampoco descuidó el tema de la capacitación vecinal para la Seguridad Ciudadana y en lo que fue del año 2004 realizó nueve importantes Seminarios de Seguridad y Participación Ciudadana, culminando los días 19 y 20 de Noviembre 2004 con un “Seminario Internacional sobre Policía Comunitaria” como expositores fueron invitados Oficiales de Policía procedentes de los países de ESPAÑA, FRANCIA, ECUADOR, COLOMBIA, CHILE, ARGENTINA. En todos estos lugares, la Policía viene desarrollando Programas de Policía Comunitaria.
Encasillada en su modelo tradicional de los últimos 20 años, el policía peruano sigue siendo prioritariamente reactivo frente a los problemas de seguridad que aquejan a los ciudadanos. Es decir, se mantiene básicamente a la expectativa de los acontecimientos para atenderlos una vez que éstos se han producido, o de alguna manera pretende disuadir al potencial infractor mediante acciones de patrullaje. En este esquema se inscribe la tradicional central de emergencias policiales mas conocida como “105”. Sin embargo, la tendencia actual, y los modernos enfoques del nuevo modelo policial dan prioridad a las actividades preventivas frente a la criminalidad, en el entendimiento que lo que la sociedad necesita es que no se produzcan los delitos o las infracciones a la ley. Es así como en la mayoría de organizaciones policiales en el mundo, se van creando Unidades Especializadas de POLICIA COMUNITARIA para ejecutar básicamente prevención proactiva del delito a través de la prevención situacional del delito y de alguna manera también acciones de prevención social, esta es la experiencia que se llevó a la práctica a través de un Proyecto Piloto en la ciudad de Trujillo durante los años 2003 – 2005. En este nuevo enfoque del trabajo policial, la “PREVENCION SITUACIONAL DEL DELITO”, fue una de las principales actividades del Policía Comunitario, por cuanto es la que presta mayor atención a la potencial víctima, el potencial delincuente y al entorno en el que se suscitan los hechos delictivos. Desde esta perspectiva, el Policía Comunitario sabía perfectamente que hecho criminal se produce de acuerdo a lo que se denomina “La Cadena del Delito”, es decir cuando confluyen en el tiempo y lugar, el potencial delincuente, la víctima u objeto apropiado y el entorno presenta las mejores condiciones para que se materialice el hecho. En este último enfoque, es donde el Policía Comunitario podía desarrollar una activa e intensa actividad para prevenir la conducta de los potenciales infractores, para advertir a la víctima o fomentar su propia auto-seguridad, y para trabajar en conjunto con la comunidad para modificar el entorno y hacer más dificultosa la acción delictiva. La Policía Comunitaria se distinguió por trabajar en la comunidad, por la comunidad y con la comunidad.
La Experiencia de Policía Comunitaria de Trujillo (2003 – 2005), se constituyó en esta forma, en la primera experiencia del nuevo paradigma de la seguridad del Siglo XXI: La Prevención Proactiva del Delito.
PROGRAMA “CUADRA SOLIDARIA”
Se constituyó en el primer objetivo de trabajo de la Policía Comunitaria al llegar al barrio donde había sido asignado. Las “cuadras solidarias” fomentan los lazos solidarios entre vecinos, ya que su formación tiene como objetivos primordiales evitar el aislamiento de los vecinos, disminuir el temor y recuperar los espacios públicos urbanos. Son el inicio y la motivación para la posterior formación de las Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana. El objetivo de formar “cuadras solidarias” era disminuir la oportunidad que tiene el delincuente multiplicando los ojos vigilantes. El sistema se basaba en la solidaridad, en participar, en olvidar el famoso ¨no te metas¨, “a ti que te importa”. La metodología del funcionamiento de las cuadras solidarias era sencilla: Los Policías Comunitarios al recorrer ordenadamente sus cuadras y calles asignadas en su cronograma de trabajo, se presentaban, conocían y conversaban con los vecinos, ocasión que aprovechaban para invitarlos para que se agrupen por cuadra para establecer acciones comunes que permitieran prevenir situaciones que afecten la seguridad, luego de conseguir un aliado entre los vecinos (el mas interesado), el siguiente paso era reunir a todos lo que se encontraban presentes, e invitarlos a presentarse mutuamente para que se conozcan después de hacerlo el mismo; la organización de una cuadra solidaria servía para que los vecinos, intercambiaran sus números telefónicos y acrecentando la observación formaran una cadena solidaria, alertándose y consultándose entre sí ante la detección de cualquier anormalidad o actitudes sospechosas. El vecino era concientizado, que de considerarlo necesario, o ante el delito en curso, debería dar aviso inmediato a la Policía. La organización se complementaba con la determinación de los horarios críticos en los cuales había que acrecentar la observación siendo aquellos en que el vecino estaba más expuesto al delito (ej.: la salida y regreso del trabajo, de la escuela, las compras diarias, limpieza exterior de las casas, el lavado del auto, etc.). De aquí en adelante, podrían implementar otras medidas que consideraran más convenientes, todas de acuerdo a su criterio, necesidades y posibilidades como: reforzar el alumbrado publico iluminando las entradas a los domicilios o instalando farolas adicionales; instalar alarmas comunes o individuales, manuales o automáticas, luminosas o sonoras; instalar carteles cerca de las esquinas indicando que la cuadra está utilizando este programa de vigilancia, etc. El aumento de la iluminación, el ruido que generan las alarmas y la advertencia del cartel, colaboraban a desalentar la oportunidad del delito. La participación de los vecinos no era obligatoria, con una parte de la cuadra que este dispuesta a implementar el Programa era suficiente. Participar del plan tampoco implicaba transformarse en informante o vigilante armado, simplemente en tomar actitudes solidarias y participativas de autoprotección. Es ser “solidario con mi vecino”. Si yo lo protejo a el, sé de seguro, que el me va a proteger a mi. Ante la inminencia del delito es muy importante no involucrarse físicamente ni con armas. Lo que proponíamos era una actitud activa, pero pacífica. Era obligación del vecino solidario asistir a la probable víctima de un delito, prestarle todo tipo de ayuda posible y acompañarla a efectuar la denuncia y ofrecerse como testigo si correspondiese. Los vecinos de las “Cuadras Solidarias”, asumían entre sì el siguiente compromiso:
1. Conocer a todos los vecinos, familias y personas que viven en la cuadra 2. Organizar una red telefónica entre los vecinos y la Policía. 3. Alertarse entre sí, y a la Policía, ante cualquier sospecha. 4. Sacar los residuos y desperdicios (basura) a la misma hora. 5. Prestar atención al entorno tanto al entrar como al salir del hogar. 6. Establecer horarios críticos o de mayor riesgo en la cuadra, con el objetivo de organizar un patrullaje en forma conjunta. (Con las autoridades policiales en caso de ser necesario, previa coordinación con el POLCOM). 7. Colocar timbres o alarmas en común para toda la cuadra. 8. Establecer un contacto permanente con el Policía Comunitario asignado al Territorio Vecinal. 9. Elegir coordinadores por cada “cuadra solidaria”. 10. Colocar carteles que indiquen: “Vecinos Bajo Plan Alerta”, “Atención Cuadra Vigilada”, “Cuidado estamos observando Vecinos Vigilantes”, “Cuidado Vecinos bajo Plan Alerta”, “Atención Grupo Vecinal Vigila”, “Atención Vecinos y Policía controlan esta Manzana”, “Cuidado Cuadra Vigilada mantenga distancia”, “Cuidado casas con alarmas y sistemas de monitoreo”, “No se exponga, perros alertas contra desconocidos”. 11. Impulsar la formación de grupos, para asegurar el control de la manzana y promover la adhesión de más cuadras al Plan. 12. Promover la participación en las reuniones del “Plan de Barrio” para actualizar el diagnóstico de la seguridad del barrio e intercambiar experiencia
El Policía Comunitario acordaba una reunión de coordinación con los vecinos de la cuadra interesados, la cual se completaba con una planilla en donde se consignaban nombre y apellido, dirección y teléfono, la misma que se repartía entre los vecinos solidarios. Una vez conformada la cuadra, el POLCOM tenía a su cargo el seguimiento y evaluación de la misma, que se realizaba mediante el contacto permanente con vecinos y reuniones mensuales para acordar que sistemas de seguridad debían implementarse o mejorarse. Paralelamente, el POLCOM invitaba a los vecinos a participar como alumnos de las “Escuelas de Seguridad Ciudadana”, a consolidarse como “Junta Vecinal de Seguridad Ciudadana” y efectuar un diagnóstico de su problemática a través de un “Plan de Barrio”.
(*) Coronel PNP Enrique Hugo Muller Solòn. brayan1998_20_12@hotmail.com El creador de la Policía Comunitaria, también es Abogado, inscrito en el Colegio de Abogados de Lima Registro 19367. Profesor Universitario. Defensor de los Derechos del Policía.