miércoles, mayo 17, 2006

LA OCASION HACE AL LADRON

LA OCASIÓN HACE AL LADRON LA PREVENCIÓN DE LA DELINCUENCIA REQUIERE ROMPER LA CADENA DEL DELITO
(FOTO: Grupo de Policìa Comunitaria de Trujillo año 2004) Por : Enrique Hugo MULLER SOLON (*)
El fenómeno delincuencial ha venido cambiando en la medida en que el mundo ha venido evolucionando. De igual manera, la Criminología como campo del conocimiento ha mostrado los diferentes aspectos de su evolución en la explicación y comprensión de la criminalidad. Para el Criminólogo César Lombroso (1871) por ejemplo, el delincuente debía ser un ser atávico y cualquier hombre que mostrara las señas de ese atavismo (mandíbula retraída, ojos juntos, cejas espesas, dedos de los pies flexibles etc..) era un criminal nato. Las ideas de Lombroso aun perduran entre nosotros mas de lo que quisiéramos, es usual todavía escuchar decir a alguna persona: “.... míralo, tiene cara de delincuente..”. Desde las concepciones antropológicas y fisonomistas, pasando por las sociológicas, ecológicas, el delito ha sido considerado como un fenómeno inevitable, parte integrante de la sociedad, e incluso como lo señala Durkheim, el delito es normal, ya que una sociedad exenta de delitos es del todo imposible, y es parte integrante de toda sociedad sana. Los hechos criminales de hoy en día son vistos de una manera diferente a la concepción tradicional del delincuente, en que era visto como un sujeto enfermo y anormal; para la Criminología actual, el delincuente no es ahora un parásito ni un ser extraño en el seno de la sociedad, sino que es ante todo un regulador de la vida social. En la actualidad, la Criminología Contemporánea, todavía sigue estudiando cuales son las motivaciones que tiene el delincuente para la pràctica del delito y por supuesto estamos muy lejos de seguir pensando que las personas son delincuentes desde su nacimiento o que el delincuente dispone de ciertos rasgos físicos o antropométricos que los distinguen como tal, conforme lo afirmaba Lombroso. El crimen ya no es el resultado de un sujeto anormal y peligroso, sino una actividad de personas altamente capacitadas y especializadas, que ven una gran posibilidad de obtener riqueza y dispuestos a utilizar cualquier medio, ayudados por una aliada de inmenso poder como es la corrupción, que se fundamenta en el afán de riqueza de todo aquel que cae rendido por la tentación del dinero fácil. Es por esto, que frente a las actividades criminales clásicas llevadas a cabo de manera individual, en la actualidad se observa una evolución hacia una forma de criminalidad como empresa, la cual conocemos como “Crimen Organizado”, como es el caso del Tráfico Ilícito de Drogas, los Secuestradores, los asaltantes de Bancos, los tratantes de blancas, etc..
Pero en el presente articulo, queremos referirnos al delito menor, al delito que se comete de manera aislada, en asociación o en banda, pero sin la estructura ni la organización del denominado “Crimen Organizado”, nos referimos al asaltante, al estafador, al violador, al que nos hurta o nos roba en la calle, en el interior de un automóvil o en nuestro domicilio. Hoy en día sabemos que el delincuente es una persona común y corriente que haciendo uso de una elección racional de sus objetivos y de un análisis de las actividades rutinarias de sus víctimas, hace un debido cálculo entre las ventajas y las desventajas, de los riesgos y los peligros, procurando en todo momento "el logro del placer y la evitación del dolor" al cometer sus crímenes. En otras palabras “LA OCASIÓN HACE AL LADRON”. Este delincuente aprovecha simplemente la oportunidad, sin que para esto importen las condiciones del entorno social: Una puerta abierta, una casa sin vigilancia, una ventana que nos permite mirar al interior, un distraído conductor, una cartera vistosa, un bolsillo posterior abultado, una chica vestida provocativamente. Por supuesto que el uso de las drogas o del alcohol, convierten su acción mucho mas violenta. Y si este delincuente ya estuvo en la cárcel por delitos anteriores, se mostrará mucho mas agresivo con su víctima.
Efectivamente, para practicar un delito el delincuente hace un cálculo entre las ventajas que pueda obtener por ejemplo: dinero, sexo, aventura y los peligros que por ventura pueda tener con su conducta (ser detenido, juzgado, sentenciado). Cuando el delincuente identifica en una situación indicios de una buena oportunidad criminal es cuando se dan las condiciones para que el mismo decida cometer un delito. De esta manera, la conducta delictiva es resultado de una decisión racional, siendo los delitos patrimoniales, al que más se aplica esta teoría. En la pràctica, para que el crimen ocurra es necesario la convergencia de tres factores los cuales denominaremos “CADENA DEL DELITO”: Un delincuente potencial, un objetivo atractivo que también puede ser una víctima apropiada y por último la ausencia de control sea de naturaleza formal o informal y es así que si los tres elementos confluyen, se crea el ambiente propio para que ocurra el crimen .
En los delitos contra el patrimonio, un objetivo se torna atractivo para un delincuente cuando tiene elevado valor económico, joyas o un moderno teléfono celular; cuando por su peso se hacen más fáciles de transportar; cuando las personas muestran en las calles o en los hogares lo que tienen de valor, sea contar dinero en publico, sea dejar en la basura las cajas de los electrodomésticos que han comprado; y, cuando el delincuente tiene facilidad para ponerse en contacto con el objeto, sea por ausencia de vigilancia o una puerta abierta entre otros. La estadística policial en el Distrito de Trujillo, revela que el año 2004, se denunciaron 736 casos de Robos y 2,849 delitos de Hurto, lo que significa que existe una mayor predilección del delincuente por apropiarse de lo ajeno, aprovechando el descuido o la negligencia de las víctimas y no necesariamente haciendo uso de la violencia como es en el caso del Robo.
La realidad también nos demuestra que es muy importante en la aplicación de medidas preventivas contra la delincuencia, el control informal que hacen los vecinos, la familia, los empleados, el modo de vida, las medidas de seguridad de la vivienda, la arquitectura del barrio, etc, todo lo cual puede tornar más difíciles la práctica delictiva, de paso que impide la confluencia de los tres factores necesarios para la practica del crimen que ya hemos enunciado. La Policía Comunitaria de Trujillo, viene brindando gran apoyo a la población a través de sus Programas de “Cuadras Solidarias” mediante el cual se intenta convencer a los vecinos de la ciudad, sobre la necesidad de conocer y organizarse por cuadras para crear sistemas de seguridad en sus respectivos barrios.
Finalmente, debemos recalcar que para prevenir al delito es imprescindible e importante ROMPER CON LA CADENA DEL DELITO, que hace que el delincuente motivado, encuentre la víctima perfecta y el objeto deseado sin vigilancia; en la práctica significa que para prevenir delitos tenemos que hacer más difícil el éxito de la conducta del delincuente, modificando el ambiente para hacer la práctica del delincuente más difícil y arriesgada, al mismo tiempo que se reduce el éxito de su conducta delictiva. Los delincuentes buscan objetivos que no demanden un esfuerzo demasiado elevado, por lo que dificultarles el acceso al objeto, ya es una manera eficaz de reducir el delito. Obviamente, existen aquellos que son mas avezados – felizmente son los menos - y que sin importarles el riesgo, se lanzarán sobre su víctima, a pesar que en el intento puedan perder la vida o ser apresados.
En verdad, el delito en general puede ser reducido o prevenido cuando se reduce las oportunidades para que él ocurra. Las tácticas de educar a los niños para que se mantengan lejos de extraños, los cuidados diarios con los vehículos y casas, guardar el dinero en un banco o en una caja de seguridad, usar "el dinero electrónico", las tarjetas de crédito, tener contraseñas difíciles de que las descubran, se solidarios con los vecinos y cuidadosos con los sitios donde vamos, mirar siempre las personas que hay alrededor, no salir a la calle muy bien arreglada, ni provocativa, con joyas muy caras o vistosas, son algunas de las conductas que cualquiera puede tener y así prevenir un poco la posibilidad de transformarse - en un objetivo ideal o en la siguiente víctima ideal para el delincuente -, de sufrir un asalto, el robo de su vehículo u otro delito cualquiera. El control informal que hacen los vecinos, el control por grupos voluntarios, el de la seguridad privada o el control formal a través de la policías, son ayudas de igual manera muy importantes.
(*) Coronel PNP Abogado Reg.CAL 19367 Profesor de Criminología Defensor de los Derechos del Policía.

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