viernes, enero 30, 2009

REFORMA POLICIAL EN EL PERU


BASTA YA POR FAVOR; DEJEMOS EL POPULISMO Y EL OPORTUNISMO DE LADO. El Señor Ministro del Interior nos anuncia cambios importantes para mejorar la Seguridad Ciudadana en el Perù. Realmente esperabamos como sociedad, que se prioricen los temas de la Reforma Policial, pero nada bueno se puede esperar de ninguna reforma si es que antes no se prioriza el elemento humano. Existe una cruda realidad policial, que si bien se presenta como una problemática emergente de nuestros días, es en verdad antigua porque su falta de modernidad no es de ahora, es un problema que se arrastra de por lo menos 30 años atràs, pero nunca antes como ahora por la deficiente formaciòn de los Policìas que vienen egresando de sus Escuelas de Formaciòn, por lo que urgentemente, hay que revertirla. Esta reversión, implica avanzar necesariamente hacia un nuevo modelo policial que comprenda sobre todo lo cultural y espiritual más que lo material, a la vez que se apoye necesariamente sobre una firme voluntad de realización por parte de todos los actores sociopolíticos, y donde el Estado cumpla un rol fundamental, pues implica la destrucción de ese modelo policial hegemónico creado y sostenido en América Latina, a través de sus sucesivos gobiernos y que tanto daño ha hecho a las organizaciones policiales, entre ellas la del PERU haciendolas aparecer prioritariamente como un aparato represivo al servicio del Estado; es decir alejàndolas de su tarea fundamental que es la prevencion del delito, e impidiendo que sea un servicio cercano a la comunidad, trabajando en la comunidad, por la comunidad, para la comunidad. El Perú no necesita una Policía represiva, sino una Policía preventiva y proactiva. La investigacion del delito Señor Ministro del Interior, ya no es funciòn principal de la Policia como si lo fue cuando Ud. era Oficial PNP en servicio activo, ahora es tarea del Ministerio Pùblico. Para lograr un cambio sustantivo se debe iniciar un proceso de reforma en la Policía Nacional, con los policías, y debe estar ejecutado muy cuidadosamente y mediante una estrategia de sustitución simultánea que evite los efectos perjudiciales y desalentadores, producidos a causa de los vacíos sistémicos generados por la deficiente selección y formación profesional de los Policías de reciente egreso y que no contribuyen para nada a mejorar las relaciones con la comunidad o a incrementar una mayor seguridad ciudadana. En este sentido, y reconociendo a todos los Policías como los actores fundamentales, y el potencial más valiosos de la Institución Policial, se les debe mejorar sus condiciones de seguridad y bienestar en el trabajo, en el concepto más amplio posible: selección, formación, remuneración, salud y bienestar, capacitación y actualización, seguimiento del desenvolvimiento profesional y todo otro aspecto que tenga que ver con la defensa de sus derechos en complementación con el servicio comunitario que brinda a la sociedad.
Con relación al nuevo modelo que debe guiar a la Institución Policial determinándole su perfil institucional, debe comprender y fijar claramente que el propósito fundamental del trabajo de la Policía Nacional, es la prevención del delito y la protección de la vida de todos los peruanos, misión en la cual la PNP se encuentra comprometida conjuntamente con todos los sectores componentes del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana, pero que a la fecha es solo una ficción. Ver: “Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana: Una Ficción”; en: http://blogdehugomuller.blogspot.es/img/seguridadciudadana.pdf. Hay que vivir de cara a la realidad, la investigaciòn del delito, ya no es responsabilidad de la Policia Nacional, el Còdigo Procesal Penal que se viene implementando progresivamente en el Perù, ha definido que la investigaciòn del delito que de manera previa al proceso realizaba la PNP ya no tiene cabida en el nuevo modelo, ha desaparecido conjuntamente con el Atestado Policial, hay que adecuar la estructura, infaestructura, cultura y procedimientos policiales de inmediato y no se ha hecho en los lugares donde ya se aplica el nuevo modelo procesal penal y mucho menos en Lima o en los lugares en donde todavia no le corresponde de acuedo al cronograma, hagamos las cosas no para el presente, no engañemos a la poblaciòn con la "politica del bombero" y planifiquemos las estrategias acorde con la legislaciòn y para el mediano y largo plazo. Señor Ministro del Interior su anunciada reforma policial y su estrategia para mejorar los niveles de seguridad ciudadana en el PERU son pura demagogia, populismo y oportunismo polìtico. La inseguridad crece en el Perù, la delincuencia avanza.
Para avanzar hacia el nuevo modelo, se deberá planificar y ejecutar un accionar sistemático, intercolegiado y multisectorial a la vez que orientado hacia los niveles pertinentes de la prevención, ya sea en la eliminación de oportunidades como en la observación y reconocimiento de las causas culturales, sociales y económicas determinantes para la producción del delito en coordinación con todos los organismos oficiales y privados comprometidos en la modificación del panorama social y aún más, con una respuesta profesional que permita indicar la oportunidad y grado de responsabilidad que éstos deban asumir. Esto solamente se podrá lograr con el decidido trabajo profesional de los Policías, pero no de los Policías de reciente egreso, ellos deberán ser reentrenados y nuevamente calificados para determinar su nivel de capacidad y posibilidades de permanencia en la PNP. La Policía Nacional del Perú requiere del concurso de los mejores hombres y mujeres para integrar sus filas, que ante todo tengan claro su profesionalismo y su deseo de servir a la sociedad.
Solamente entonces estaremos frente a una verdadera reforma, en donde el Policía se convierta en un verdadero agente de control social importante y necesario en la sociedad, cuyas incumbencias vayan más allá de la preservación del orden público, la seguridad ciudadana y del apoyo que brinda al Ministerio Público en la investigación de hechos delictivos, sino también, en la determinación de las causas generadoras del conflicto social, colaborando para mejorar la calidad de vida de la comunidad, virtud a una coordinación con todos los actores sociales.
Para lograr estos significativos avances en materia de reforma policial, el alto mando policial debe asumir el liderazgo de la reforma de manera decidida, en lugar de estar planificando cambios organizacionales o estructurales, que en nada benefician al país, menos a la Policía Nacional, de seguirse avanzando en este camino equivocado, quizás estemos ingresando a la destrucción definitiva de la actual organización policial, lo que implicará una reorganización y reforma total, probablemente a cargo de personas especialistas en la materia pero no de Policías como debería ser. La oportunidad es ahora. O quizás ¿Esperamos que sean los especialistas, con una visión mas realista y un estudio analítico de mayor alcance, quienes presenten a la propia policía la solución deseada por los peruanos?. Ojala llegue el momento de un cambio auténtico. Mientras tanto deberemos conformarnos, con tener en nuestras calles y a cargo de la Seguridad Ciudadana a un grupo de Policías jòvenes, no todos felizmente, que carecen de formación policial suficiente para enfrentar los retos del quehacer policial y que ven en el trabajo de Policías, solamente un trampolín para obtener otros objetivos, para distraerse, o simplemente para “jugar a ser policías” tomándose fotografías uniformados para exhibirlas luego como trofeos en el Hi5 esperando los comentarios de las personas que las ven e interpretan desde diferentes puntos de vista y desde diferentes lugares del mundo.
Debo terminar este comentario, rindiendo homenaje a los auténticos hombres y mujeres de la Policía Nacional del Perú en situación de Actividad y Retiro que dan y dieron todo por proteger a la sociedad, por mantener el orden, por salvar vidas a costo y riesgo de la suya propia; aquellos que siempre están donde se los precisa, siempre anteponiéndose ante delincuentes que, obnubilados por el alcohol, las drogas o el terrible sentimiento del simple odio a la sociedad o al uniforme de la ley, están dispuestos a herir o a matar sin dudar un instante. Mientras que del otro lado, el policía sabe que como consecuencia de su intervención, detrás del golpe que aplica o de la bala que dispara se puede ir su carrera, su trabajo, su libertad, o hasta su propia familia. Ningún intento por mejorar la productividad policial tendrá éxito si primero no se tiene en cuenta al primer componente: El Factor Humano

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